Definir Triana sin caer en lugares comunes y frases manidas empieza a resultar complicado. Ya se ha dicho todo sobre este barrio marinero de sobrada tradición flamenca, raíces gitanas, cuna de la alfarería y hogar de reputados artistas.
En definitiva, aunque no se encuentra en la orilla monumental, Triana desprende una singularidad difícil de explicar con palabras. Ni las sevillanas, la poesía o las fotografías (tampoco exitosas celebraciones como la Velá de Triana) pueden hacer justicia a la atmósfera que se respira cuando cruzas el puente.
Triana pone en valor su tradición a cada paso y se la entrega al paseante a través de estos rincones imprescindibles.
1. Puente de Triana
Declarado Monumento Histórico Nacional el 13 de abril de 1976, el puente de Isabel II, conocido popularmente como el de Triana, es uno de los lugares emblemáticos para los sevillanos y de obligada visita para cualquier turista.
Se trata del puente de hierro más antiguo conservado en España y fue obra de los ingenieros Gustavo Steinacher y Ferdinand Bernadet. Las piezas de fundición, sin embargo, fueron ordenadas construir en el taller de los hermanos Bonaplata en Sevilla.
2. Capillita del Carmen
Atravesar el Puente de Triana significa encontrarse con esta pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. Una obra del excelente arquitecto Aníbal González que sirve como sede de la Hermandad de la Gloria y cuya reja acristalada permite el culto de forma permanente.
3. Centro de Cerámica de Triana
El Centro de Cerámica de Triana inició sus andaduras como centro de recepción, interpretación y estructuración de la visita al barrio de Triana en 2014. Desde entonces, ha querido poner en relevancia la tradición alfarera del popular barrio sevillano así como su valor espacial, etnológico y antropológico.
Todos los elementos que constituyen el centro están mostrados en su contexto original. Así, los hornos están restaurados y se conservan los recorridos y las relaciones de las distintas profesiones que convivían en este espacio. Dos plantas componen este enclave, que cuenta con exposición permanente, visita de los restos, centro de documentación especializado así como un lugar para la interpretación y guía de los itinerarios turísticos del barrio.
Su ubicación tampoco es fruto del azar. El CCT se encuentra situado sobre el conjunto alfarero que funcionó como sede de la histórica empresa Cerámica Santa Ana-Rodríguez Díaz S.L.
4. Selva Coffee, café de especialidad en el barrio
Triana ha sido testigo de la historia y sus cambios coyunturales a un tiempo sin renunciar a la solera que caracteriza su idiosincrasia. Y la aparición de nuevos espacios no es óbice para dejar de enaltecer sus posibilidades.
Selva Coffee es la primera cafetería de especialidad del barrio y toda una promesa: las tazas que te tomes aquí elevarán notablemente tus mañanas. También sirven bizcochos, galletas y otras viandas dulces y celebran talleres, catas y fiestas como esta.
5. Paseo del Arte
El paseo de Nuestra Señora de la O acoge cada sábado y domingo uno de los mercadillos más pintorescos y animados de la ciudad. Paseo del Arte invita a los paseantes a perderse entre ilustraciones, moda y artesanía a orillas del Guadalquivir. Una previa sin fisuras al ángelus cervecero que conseguirá inspirarte.
6. Mercado de Triana
El más puro ambiente de barrio se condensa en este lugar. Vecinos, curiosos, turistas y enamorados de Triana se dan cita todos los días para conocer los puestos de alimentación, flores, cerámicas o la variada oferta culinaria de los pequeños negocios que alberga en su interior.
Los restos del Castillo de San Jorge, ubicados en los bajos del mercado, aportan un toque histórico único que permite a los visitantes conectar con el pasado de Sevilla mientras disfrutan de las compras y la gastronomía.
El Mercado de Triana es, sin duda, un imprescindible de Sevilla, no solo por su oferta de productos y delicias gastronómicas, sino también por su rica historia y su papel como núcleo cultural y social en el barrio de Triana.
7. Castillo de San Jorge
Si bien es uno de los enclaves más importantes de la historia de Sevilla, pocos se detienen en el Castillo de San Jorge. Incluir esta visita en las rutas turísticas supone enfrentarse a uno de los periodos más oscuros (pero también de mayor historia y envergadura) de la capital hispalense.
Fortificación visigoda y sede de la Santa Inquisición Española desde 1481 sería derribado siglos más tarde a fin de amplia la Plaza del Altozano y crear el mercado de abastos.
8. Corrales de vecinos
La parte posiblemente menos conocida del barrio de Triana pero de arquitectura fundamental para entender su historia son los corrales de vecinos. Algunos de ellos conservan su estética como antaño y suponen valiosos ejemplos de estas estructuras en torno a las que se vivía. La Casa de las Flores, hoy pequeña residencia vacacional, es una de las más populares.
En otoño de 2022 el Ayuntamiento de Sevilla llevó a cabo una iniciativa para poder visitarlos y ponerlos en valor. Una cita cultural para quienes guarden especial interés en estos espacios.
9. Real Parroquia de Santa Ana
La construcción de este templo se remonta al 1266 y la convierte en la iglesia más antigua de Sevilla. Cuando se construyó, Triana era solo un pequeño pueblo creado por el monarca en torno al Castillo de San Jorge.
Es por esa razón que la iglesia estuvo fortificada en sus inicios, pues fue la primera que se levantó extramuros tras la reconquista. Todavía se conservan de esta época algunas almenas de las cubiertas.
10. San Jacinto
Esta calle que antiguamente comunicaba Sevilla con el Aljarafe, hoy es el centro neurálgico del ocio en Triana. Decenas de bares, restaurantes, cafeterías, heladerías y negocios de toda la vida se concentran en esta transitada calle sevillana.
11. Calle Betis
El encanto de sus fachadas de colores han convertido esta calle trianera en una de las más fotografiadas de Sevilla. En ella, además, tienen fama sus bares de copas, las terrazas a la orilla del Guadalquivir y las vistas a la zona más monumental de la ciudad.
12. Callejón de la Inquisición
Junto al Castillo de San Jorge, este estrecho callejón de 35 metros comunica con el Paseo de la O. Por él eran conducidos los presos que o bien iban a ser juzgados, o bien ya habían sido condenados y eran llevados a la hoguera.
13. Paseo de la O
En contraposición a la orilla contraria este paseo es un remanso de paz que transcurre en paralelo a la ribera del río. No en vano, el Paseo de la O se someterá a una completa remodelación que persigue reordenar esta parte de la ribera y su conexión con calle Betis confiriendo al lugar de sombras, vegetación, miradores y lugares de encuentro y celebración.
14. Gastronomía de primera para todos los bolsillos
De la O
De la O es, a nuestro juicio, uno de los mejores restaurantes de Sevilla. Y no es una afirmación baladí, el buen gusto gastronómico y su aspecto, todo un remanso de paz junto al Guadalquivir, prometen veladas inolvidables.
📍 Paseo de Nuestra Señora de la O, 29
Maria Trifulca
Al menos una vez en la vida merece la pena subir a este faro a pegarse un homenaje y contemplar una de las vistas más imponentes de Sevilla con el estómago lleno..
En 1924 se inauguró como estación de pasajeros y depósito de mercancías de la ruta entre Sevilla y Sanlúcar de Barrameda. El restaurante se encuentra frente a la capillita del Carmen, en el inicio del puente de Isabel II.
📍 Puente de Triana, Plaza del Altozano, 1
Blanca Paloma
Otro templo indispensable en cuanto al paladar se refiere. Venir a Triana y no pasar por aquí es a todas luces pecado gastronómico. En Blanca Paloma comulgan los sabores de toda la vida en un ambiente inigualable.
El lector debe conocer, en cualquier caso, que no admiten reservas y es un restaurante bastante frecuentado. Es preciso llegar con tiempo y evitar largas colas.
📍 c/ San Jacinto, 49
Las golondrinas
Las Golondrinas es un ya más que reputado rincón de Triana. Un local auténtico que conserva su ambiente de solera y que prepara unas tapas sensacionales. Buen ejemplo de ello son sus populares champiñones con alioli, una de las elaboraciones más afamadas de este espacio y también de toda la capital. ¿Cómo lucen? a la plancha y coronados por una capa de alioli verde.
📍 c/ Antillano Campos, 26 | c/ Pagés del Corro, 76
Bar Juan Carlos
Quienes sepan apreciar un buen queso, maridaje cervecero incluido, encontrarán las delicias en este espacio legendario que es Bar Juan Carlos. El número 6 de la calle Febo acoge esta meca gastronómica donde el queso es el protagonista. Más de 100 variedades que podrás marinar con su amplio catálogo de cervezas.
📍 c/ Febo, 6
Freiduría Alboreá
En la principal arteria de Triana, Alboreá dispone de una amplia terraza para deleitarse de la vitalidad inconfundible de San Jacinto al tiempo que se degusta una buena fritura de pescado. Además, como en toda buena freiduría, aquí no podían faltar unas tortillitas de camarones que recomendamos con ahínco.
📍 c/ San Jacinto, 28
Casa Ruperto
Esta cuna cervecera cumple todos los requisitos para que repitas. Si bien es cierto que la cerveza no es su principal reclamo, acompañarán a las mil maravillas a sus deliciosos pajaritos.
Para los futuros comensales que no estén familiarizados con este concepto, se trata de codornices fritas cuyo secreto no desvelaremos. La terraza siempre está animada y, como muchas de nuestras propuestas, conserva su tradicional barra de aluminio.
📍 Avenida Santa Cecilia, 2
Manu Jara
Manu Jara es sinónimo de alta repostería francesa. Dato más que suficiente para pasarse por cualquiera de sus establecimientos. Su oferta incluye los clásicos infalibles (milhojas, éclairs o palmeritas) pero también creaciones de autor te embelesarán.
En Manu Jara llevan por bandera sus emblemáticos croissants con mantequilla traída desde Normandía. Aunque también hacen lo propio con sus brownies o su reciente creación junto a Bolas: el helado de palmera.
📍 c/ Pureza, 5
15. Fiestas del Barrio: Velá de Santa Ana
El barrio de Triana, además de sus virtudes y atractivos turísticos, se reserva una cita estival imprescindible: la Velá de Santa Ana. En esta orilla del Guadalquivir, a finales del mes de julio, se celebra un amplio catálogos de actividades, desde su popular cucaña, mercados de alfarería, competiciones deportivas, teatros y conciertos en la Plaza del Atozano.
Triana se engalana cada año de luces, farolillos y casetas para acoger este tradicional evento cuyo origen se remonta a una antigua romería dedicada a los patrones Santiago y Santa Ana. Un imprescindible de Triana al que debes acudir si coincide tu visita a la ciudad con las fechas en cuestión.