Si no has estado en este templo de sevillanía, prepárate para una revolución gastronómica.
Sevilla es de buen comer, Sevilla es sol y solera, arte con cuchillo y tenedor. Y en Triana eso lo saben bien y llevan toda la vida alimentando a vecinos, hambrientos, turistas y amantes de la tradición. Y es que comer en Triana es hacerlo por la puerta grande y para todos los bolsillos.
Las Golondrinas es un ya más que reputado rincón de Triana. Es un local pequeño y muy auténtico que lleva años cosechando una fama razonable. Tan es así que tuvo que abrir un segundo local de dos plantas, revestido de modernidad pero sin perder la esencia.
Si bien es cierto, no todas las tapas están en los dos locales, sí mantienen las clásicas, las imprescindibles. ¿Y cuáles son esas? Las puntas de solomillo de Las Golondrinas casi se deshacen en la boca, jugosas, tiernas y con mucho sabor. La carrillada ibérica es marca de la casa, el calabacín relleno o las navajas son también una delicia. El truco es, con seguridad, elaborar platos sencillos con productos de primera y secretos de la casa que marcan la diferencia.
El rey es el champiñón
Los champiñones son el típico actor secundario que lo borda en el conjunto de la obra, pero que solo y sin contexto no se entiende. Estos hongos, de hecho, no suelen ser a gusto de todos. Un champiñón no es como la tortilla (prácticamente infalible), sino que vive sujeto a paladares y preferencias más o menos exquisitas.
Bueno, en Las Golondrinas este plato es estrella y no es para menos. Si los champiñones te parecen insulsos, esta opción no tiene comparativa posible. A la plancha y coronados por una capa de alioli verde son un bocado de los Dioses. Nuestros favoritos, sin duda.
📍 c/ Antillano Campos, 26 | c/ Pagés del Corro, 74.