Dadas las inclemencias meteorológicas asociadas al verano, Sevilla aglutina una buena cantidad de heladerías en su callejero, refugios de las meriendas estivales. Y menos mal. Entre las bondades de contar con semejante oferta coexisten la tradición, los sabores insólitos y otras creaciones atrevidas y sorprendentes.
Cualquier excusa se admite si de por medio están un par de gélidas bolas cremosas. Ante una tórrida Sevilla: helados. Estos son nuestras heladerías imprescindibles (compatibles con alargar la tarde en estas terrazas).
Tabla de contenidos
Bolas
Los años han consagrado a Bolas como una de las heladerías de referencia en Sevilla. Pocas presentaciones precisa este espacio, que es sinónimo de artesanía, cremosidad y altos estándares en lo que refiere a la calidad de sus productos. Disponen de varios locales y una nutrida oferta más allá de los helados.
Encontrará el comensal, a la sazón, sabores tradicionales, otros tantos elevando la tradición heladera con la vanguardia y especialidades únicas. Ejemplo de ello son el helado Siglo XIII, inspirado en una receta encontrada en el Archivo de Indias, elaborado con crema de pistacho, huevo y agua de rosas o sus insólitas creaciones por temporada.
A saber: su creación de la mano de Manu Jara: el helado de palmera., el de vermú de Casa Vizcaíno o el de incienso, a propósito de la pasada Semana Santa.
📍 c/ Orfila, 1 | c/ Herbolarios, 20
Mito
La Gelatería Mito es todo un homenaje al auténtico helado italiano. Una ferviente apuesta por los sabores de siempre con una altísima calidad. Ingredientes, recetas e incluso el maestro heladero (Giuseppe di Bella) vienen de la mismísima Italia. Un espacio concebido como un viaje al paladar a través del Mediterráneo que en Sevilla ya cuenta con tres locales.
Un proyecto del grupo La Bombonera que conserva un estilo visual marcado por la elegancia. En lo que concierne a sus helados las ideas también están claras: cremosidad, consistencia y sabor.
📍 c/ Almirantazgo, 8 | c/ San Pablo, 14, local C | c/ Álvarez Quintero, 8
Créeme
En Créeme se ponen al servicio del helado de la forma más creativa y artesanal. De hecho, aquí los barquillos se elaboran a la antigua usanza, a mano. Así lo atestiguan su imperfección y su sabor, creaciones apetecibles más allá de los meses estivales.
La propuesta de Créeme va más allá del simple helado y sus recetas nacen de la inspiración. Helados dedicados a la propia familia, a la infancia o en homenaje a poetas u otras figuras relevantes. Un espacio donde la poesía se transforma en una delicia refrescante.
📍 Plaza del Museo, 2
Gioelia
Gioelia Cremeria se postula como una de las referencias en lo que a helados italianos respecta. Las clásicas recetas italianas se dan cita en este local, que ya suma 35 entre España, Italia y Rumanía. El postre italiano por antonomasia encuentra aquí uno de sus principales bastiones en Sevilla.
Y lo hacen atendiendo a opciones sin gluten, sin lactosa, sin huevo y veganos. Cremosos, con una gran selección de sabores y todos ellos conservados en tentadoras carapinas. Entre su oferta también encontrarás tartas artesanales, cannoli siciliani, batidos y mucho más.
📍 c/ Reyes Católicos, 19 | c/ Feria, 88
Freskura
Esta heladería cumple a la perfección el axioma “bueno, bonito y barato”. Helados artesanos, contundentes y económicos. Tarrinas y cucurruchos colmados de sabores (hasta tres sabores pueden incorporar a tu merienda) cuidados al detalle.
Además, sus granizados, mermeladas y tartas suman razones para visitar espacio. ¿Nuestros imprescindibles? el intenso helado de chocolate, el de piñones o el fresa. Ojo, aquí también encontrarás helados veganos y aptos para intolerancias.
📍 c/ Vulcano, 4
Puro e Bio
Una de las mejores heladerías de Sevilla se encuentra en el corazón de Los Remedios y se guarda más de un motivo para visitarla. Todos sus productos son excelentes, de elaboración propia y de origen ecológico.
¿Qué más le podemos pedir a un helado si es sostenible? Pues es que además tienen opciones veganas. Sus contundentes gofres y batidos no desmerecen figurar en estas líneas.
📍 c/ Asunción, 48 | Paseo de Colón, 9
Heladería María Limones
María Limones posiblemente sea una de las heladerías de Sevilla con una decoración más sofisticada y situada en algunas de las mejores localizaciones. Ello no es óbice para pensar que sus helados serán peores.
De nuevo, aquí las creaciones son totalmente artesanales y cuidan la calidad de sus ingredientes al milímetro. La Redondela, la avellana de Piamonte o el pistacho de Bronte destacan entre su exquisita oferta de sabores.
📍 c/ San Jacinto, 19
CaraPino
Las vitrinas de CaraPino no son idóneas para diabéticos ni para pretendientes de lo sano. Pero las cosas como son, es uno de los mejores lugares de Sevilla para pegarse un homenaje glotón. Y por supuesto en tiempos de calor el helado no puede faltar en esta casa. Elaboran sus helados a diario a base de leche fresca y no os podéis ir sin probar su Carapino (caramelo, piñones y nata).
📍 c/ Periodista Juan Tribuna | c/ Emilio Lemos | Avenida de las ciencias, 28
Jijona
De entre todas las heladerías de Sevilla Jijona no necesita presentación. Un espacio veraniego con solera y uno de los helados de turrón más populares en la hispalense y auténtica horchata alicantina. Jijona es sinónimo de tradición y uno de los templos consagrados al helado y a la leche merengada, esta última una delicia bestial que debes incluir en tu merienda.
📍 Avenida Virgen de Luján, 32
Rayas
José Rayas fundó esta heladería hacia 1980 como una de las primeras en toda la ciudad. Rayas suma años y sabores a su historia, desde los clásicos a otros (ya icónicos) como El beso de dama, que combina chocolate negro y almendra amarga.
Como buena heladería con trayectoria, ha sabido adaptarse a los tiempos más inclusivos e incorpora a su propuesta delicias sin y sin azúcar. Una parada indispensable.
📍 c/ Almirante Apodaca, 1 | c/ San Pablo, 45
Helados Montano
Si algo saben hacer en esta heladería de toda la vida es preparar suculentos helados artesanales para alegrar las tardes sevillanas, con o sin calor mediante. Los tienen de torrijas, pantera rosa, de distintos sorbetes, tiramisú… ¡y también opciones sin lactosa! Un imprescindible en Pino Montano por el que merece la pena desplazarse.
📍 c/ Cortijo de las Casillas, 12