
Escapar de la ciudad y su ajetreo no requiere gran cantidad de horas al volante ni demasiado presupuesto. Basta con explorar un poco en las afueras para descubrir los pueblos más bonitos de Sevilla. Joyas culturales, gastronómicas y naturales no tan conocidas que nos ofrece esta tierra.
Saborear la torta inglesa de Carmona en todas sus variedades, uno de los postres sevillanos por excelencia; otear la provincia desde las alturas de Estepa u Osuna o viajar a las profundidades de Itálica en época romana.
O sencillamente huir de la endogamia urbana y dejarse caer por los pueblos más bonitos de la provincia de Sevilla, destinos de ensueño perfectos para una excursión de un día.
1. Carmona
Carmona tiene todos los ingredientes para convertirse en un destino digno de escapada. Casas Palacio, un conjunto arqueológico, iglesias que son una preciosidad y un callejero para perderse. Además, posee uno de los mejores monumentos de la provincia: la torta inglesa, un hojaldre relleno de cabello de ángel para chuparse los dedos.
Además, Carmona se suma a los escenarios de cine que aglutina la provincia de Sevilla para situar en sus calles la historia de La chica invisible (Disney +).
2. Osuna y la calle más bonita de España

Los seguidores de la popular serie Juego de Tronos encontrarán aquí su paraíso. Sin embargo, más allá de ser escenario de esta producción de la pequeña pantalla, a Osuna no le falta historia, actividades y encanto.
La singularidad de Osuna gobierna cada rincón de este popular pueblo de la campiña sevillana. Casas palaciegas y gran cantidad de joyas arquitectónicas, edificios barrocos, arte sacro y raíces de distintos pueblos que han transformado esta tierra en un destino imbatible. Su patrimonio es formidable y por ello el casco histórico de la localidad fue designado como Conjunto Histórico Artístico allá por 1967.
Las vistas desde el Mirador de la Colegiata, entre otras cosas, son una delicia. Tan es así, que la UNESCO ha reconocido una de sus calles como la más bonita de toda España.
3. Santiponce
Itálica, la ciudad situada en el Bajo Guadalquivir entre Sevilla (Hispalis) y Alcalá del Río (Ilipa), es uno de los grandes tesoros arquitectónicos de la provincia de Sevilla.
Sea por su importancia político-militar como por el papel que desempeñó durante el Alto Imperio Romano o por sus dimensiones y conservación. Se sitúa en la localidad de Santiponce al igual que el Monasterio de San Isidoro del Campo, otra parada de gran belleza con multitud de estilos artísticos.
4. Écija
Écija despunta en la lejanía y sus torreones, campanarios y majestuosidad lucen ya desde la carretera. Los tartesos fundaron esta ciudad fértil en el Valle del Genil en el siglo VIII a.C para recibir más tarde la presencia de romanos, visigodos, árabes y cristianos.
De época romana, cuando Écija se conocía como Astigia, el trazado del casco antiguo se conserva casi intacto y nos conduce a través de sus callejuelas por la majestuosidad barroca de casas-palacio, iglesias y conventos en todo su esplendor.
5. Cazalla de la Sierra
Cazalla de la Sierra conserva el peculiar aspecto de un pueblo andaluz de casas encaladas y suelos empedrados al tiempo que presume de una frondosidad que bien podríamos asociar a Asturias. Calles empinadas, fachadas monumentales, y un buen puñado de planes para sumergirse de lleno en la vida de pueblo.
6. Marchena

Si bien Marchena no es una villa con grandes monumentos, en su conjunto tiene muchas cosas que ver. Dentro del perímetro de la antigua muralla se encuentra gran parte del patrimonio de la época medieval musulmana. Junto al mismo, un templo católico reseñable por poseer dimensiones catedralicias y gran contenido artístico.
7. Estepa

La vida en Estepa trasciende su tradición repostera, que lo convierten en uno de los pueblos más navideños de Andalucía. Este enclave estratégico también se conoce como el Balcón de Andalucía, pues desde lo alto del cerro de San Cristóbal se otea, cuando el cielo lo permite, Sevilla, Córdoba e incluso Málaga. Su legado gastronómico e histórico ofrece un buen puñado de razones por las que visitar esta localidad.
8. Utrera

Utrera puede presumir, desde hace relativamente poco tiempo, de contar con uno de los ejemplos arqueológicos más singulares de los últimos años: la sinagoga más antigua de la Península Ibérica. Se encuentra en el antiguo Hospital de la Misericordia, el Niño Perdido, que también funcionó como restaurante y, posteriormente, discoteca.
Un equipo de arqueológicos sacó a la luz este complejo sinagogal, del que se tenían referencias del historiador Rodrigo Caro hacia el año 1604. Todo un año de investigaciones desvelaron el pasado 7 de febrero la quinta sinagoga documentada en España que es también todo un hallazgo internacional.
Es posible que Utrera no despunte como uno de los pueblos más bonitos de Sevilla, si bien es cuna del flamenco y alberga en su callejero unas cuantas iglesias que no desmerecen otras de mayor renombre. La de Santa María de la Mesa y la Iglesia de Santiago quedan a la altura de muchas otras de la hispalense. En esta localidad, además, se prepara otro de los tesoros gastronómicos de la provincia: el mostachón de Utrera.
9. Alcalá de Guadaíra, río, castillo y paisaje molinero

En torno al río se suceden parques, molinos y una nutrida red de senderos. Y Alcalá, dominada por su imponente fortaleza (también puedes pasarte por el castillo de Marchenilla), se antoja uno de los pueblos más bonitos próximos a Sevilla. 15 kilómetros son los responsables de subirte al coche y conocer las bondades de esta localidad.
Te puede cautivar su gastronomía, su riqueza paisajística en las inmediaciones de la ribera, sus molinos harineros o, por qué no, su vida cultural.