Menos misiles y más pavías de bacalao decía El Pali abanderando esta popular tapa que, si bien no original de Sevilla, encuentra en la hispalense uno de sus más devotos estandartes. Platillo con solera por excelencia, poco margen a la vanguardia y especialmente solicitado durante la Cuaresma, anuncian un crepitar infalible.
Contra todo pronóstico, marinado, rebozado y fritura forman un combo imbatible pero no siempre de fácil ejecución. Y aunque en Sevilla los bares se cuentan por centenas, recogemos las mejores versiones de este apetitoso bocado. 10 lugares predilectos para degustar uno de los platos estrella de Sevilla: las pavías de bacalao.
1. El Rinconcillo
No podemos hablar de las mejores pavías de bacalao sin mencionar El Rinconcillo. Por ser uno de los bares más icónicos de la ciudad capaz de conservar recetas centenarias y demandadas en su barra como esta.
En su web el lector podrá consultar la receta de este platillo estrella en la calle Gerona (con permiso de las espinacas con garbanzos). Eso sí, tratar de elaborarlas en casa, a nuestro modo de ver, es una estupidez: vayan a catarlas en persona.
📍 c/ Gerona, 40
2. Vida Jonda
Javi Abascal y Javier Vargas emprendieron juntos Vida Jonda, un barecito de tapas que auspicia recetas divertidas en un ambiente desenfadado. En las inmediaciones de la Alameda este proyecto sirve desde menú del día, su propia versión del serranito hasta un canelón de boletus. Entre sendos bocados se cuelan las pavías de bacalao.
📍 c/ Relator, 56
3. Bar Benito
¿Ir hasta el Tiro de Línea (si no eres de tal barrio, claro) para comerte unas pavías? Definitivamente la respuesta es sí, siempre y cuando el sitio sea el Bar Benito. Ojo con esta delicia que llevan años elaborando con mucho mimo en el número 16 de la calle Serrano y Ortega. Sus pavías de bacalao son un escándalo y su terraza, animada de comensales y platillos baratos desfilando, dan buena fe de ello.
📍 c/ Serrano y Ortega, 16
4. Blanca Paloma
Que Blanca Paloma sea uno de los restaurantes más transitados de Triana no es casualidad. La terraza es sucinta pero augura a los caminantes raciones aceptables, una fritura a la altura de la ciudad y tapas sin descanso a cualquier hora.
Es de agradecer que, al otro lado de la orilla monumental, resistan templos como este y pavías de bacalao como las suyas. Tampoco deberían perderse sus boquerones al limón.
📍 c/ Pagés del Corro, 86
5. Bodega Góngora
La pavías de bacalao de Bodega Góngora crujen como las que más y es que para su elaboración se reservan algún que otro ingrediente indefectible. El resultado es el de un bacalao jugoso con una textura gruesa y crocante en su exterior. Aquí lo sirven con bien de alioli o salsa tártara, un añadido delicioso que los lectores sabrán apreciar.
📍c/ Albareda, 5
6. Casa Ricardo
Que sus afamadas croquetas precedan a este lugar no es indicativo de que aquí no se cocinen otros manjares a la altura. Y es que las pavías de bacalao que se sirven en Casa Ricardo tampoco son cosa menor.
De hecho, son precisamente lo que se le pide a esta receta en una de las mecas del tapeo en la capital. Eso sí, ya es preciso acudir con tiempo para hacerse un hueco en la barra o en sus mesas altas.
📍 c/ Hernán Cortes, 2
7. Blanco Cerrillo
El aroma que desprende Blanco Cerrillo es una suerte de bien inmaterial que surte a los paseantes en calle Tetuán. Se distingue casi desde Campana y es, a todas luces, seña indiscutible del centro de Sevilla. Más allá de su adobo inconfundible, Blanco Cerrillo es sinónimo de fritura, de cartuchos llenos de viandas entre las que despuntan las pavías de bacalao.
📍 c/ José de Velilla, 1
8. La primera del puente
En La primera del puente abunda la fritura y combina de maravilla con un par de cañas. Sus pavías de bacalao y de merluza permanecen incólumes después de 50 años y tiene una terraza con vistas al Guadalquivir.
📍 c/ Betis, 66
9. Bodega Palo Santo
En esta bodega se juega con las tapas con solera incorporando algunos cambios, siendo las pavías de bacalao un buen ejemplo de ello. Es el único local de Sevilla que las sirven con guarnición de una crema de sobrasada y miel. El resultado sigue siendo el mismo: un interior jugoso y una corteza crujiente.
📍 Plaza de la Gavidia, 5
10. Casa Morales
Casa Morales, so pena de ver transitar más turistas que oriundos en los últimos años, sigue siendo un bastión cervecero histórico. Testigo del paso del tiempo desde 1850 es ideal para sorprender a tus visitas o recordar su aire castizo si te encuentras en las inmediaciones de la catedral. La icónica tríada que debes pedir es la siguiente: carrillada, espinacas y sus pavías XXL.
📍 c/ García de Vinuesa, 11