![¿De dónde viene el olor a adobo de la calle Tetuán?](https://sevillasecreta.co/wp-content/uploads/2019/02/2019-07-16-1-1024x597.jpg)
Dicen que los estímulos olfativos son los más potentes para el cerebro. Basta con oler un plato que nos hacía nuestra abuela de pequeños para recordar toda una infancia con un simple olor. Por no hablar de lo fácil que es babear cuando vas por la calle tan tranquilo y te llega el olor del pan recién hecho. Por si fuera poco en Sevilla contamos con numerosos olores que nos transportan a épocas concretas como el azahar o el incienso, o algunos lugares que parece que han adsorbido el olor para siempre, como es el caso de una esquina de la calle Tetuán.
Llueva, nieve (esto sería algo digno de Cuarto Milenio), granice o haga sol, la parte de la calle Tetuán, que hace esquina con José de Velilla, siempre huele a boquerones en adobo hasta un punto en el que da igual que el local esté abierto o cerrado, como si este rincón sevillano hubiera absorbido el olor para siempre.
Tradición en Blanco Cerrillo
Este embriagador olor desconcierta a muchos turistas, pero los que vivimos en Sevilla sabemos muy bien que proviene de la Bodega Blanco Cerrillo (José Velilla, 1), aunque todos la conocemos mejor con el nombre del «bar del adobo». Te preguntarás si merece la pena probar sus famosos culpables del olor, los boquerones en adobo, y la respuesta es un rotundo «sí».
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La taberna se fundó en 1926 y desde entones han seguido manteniendo su carta. Como puedes imaginar, su especialidad es el adobo y el pescaíto frito, y fríen unos 50 kilos de boquerones al día. De ahí, que ese olor se haya quedado impregnado en la esquina de la calle Tetuán.
En cuanto a la taberna, no te esperes un bar de lujo en el que los camareros te sirvan enchaquetados. Es un bar sin pretensiones, relativamente barato, en el que puedes comer las clásicas tapas de Sevilla en pleno centro. Para nosotros, un lugar muy recomendable si quieres abrir el apetito con una caña y un par de tapas.
A muchos les desagrada el olor a fritanga, pero honestamente, no concebimos pasar por Tetuán sin este olor que ya es historia de Sevilla.