Peregrinar a los barrios que escapan del centro de la ciudad implica sumergirse en una experiencia castiza y hallar gemas ocultas capaces de agitar nuestros instintos. La Macarena es uno de esos barrios que conserva su carácter y solera al tiempo que integra en su patrimonio cultural y gastronómico nuevas propuestas increíbles, bares y restaurantes que animan la vida de sus calles.
El Hospital de las Cinco Llagas, la Basílica de la Macarena, la Puerta de Córdoba o la Torre de los Perdigones son solo algunas huellas históricas imprescindibles. Más allá de las joyas arquitectónicas, desvelamos aquellos espacios que el paladar no debe dejar de visitar. Estos son nuestros restaurantes favoritos en el barrio de la Macarena.
1. Lobo Blanco
Con una animada Avenida Miraflores sirviendo de escenario, Lobo Blanco se anuncia como una colorida propuesta, enfundada en sillones de colores, alrededor de las brasas.
En la vastísima constelación culinaria los barrios parecen empequeñecerse ante la proliferación de restaurantes con florituras en el casco histórico. Y en las antípodas, Lobo Blanco se atreve con gallardía y es una de las últimas incorporaciones al barrio de la Macarena.
Los hermanos Bilal y Othmane Chakhsi han impulsado este proyecto que tiene a Adrián Sotillo, con experiencia en El Corral de Indianu o en el Cenador de Amós, al frente de la cocina.
📍 Avenida de Miraflores, 17
2. El Arepazo
Lo que ofrece este restaurante, además de una contundente terraza en la que arrancar tus noches, son arepas de escándalo y baratísimas. Por menos de 5 euros uno puede elevar sus posaderas del Arepazo repleto hasta los ejes de esta bocado caribeño.
Lo resumimos para los paladares más bisoños: las de El Arepazo son venezolanas, una suerte de torta o bocadillo elaborado con harina de trigo o maíz, frito en este caso, y con los rellenos más antojadizos. Crujientes por fuera y esponjosas por dentro son el capricho que no sabías que podías encontrar en plena Macarena por apenas 4,5 €.
También tienen chicharrones, alitas, bandejas paisas, tequeños, yuca, sacochos los domingos y, ojo, opciones sin gluten.
📍 c/ Otoño, 1
3. El Caminante Andaluz
Flamenquín y San Jacobo. Dos conceptos que ya entrañan en su imaginario la categoría de grandes o saciantes, en este restaurante de la Macarena se elaboran extra gigantes a precios más que competitivos.
Y no seremos nosotros quienes entremos en la disputa respecto a cómo se elabora el auténtico flamenquín cordobés o si el San Jacobo es o no la versión beta del cachopo. En la variedad está la virtud y en las dimensiones, amén de los clásicos de El caminante andaluz, las comidas más opíparas.
Se encuentra frente a la Sala X y la Sala Even, su terraza es un compromiso con el sol indiscutible y tienes que visitarlo o repetir. No hay fallo.
📍 c/ José Díaz , 8
4. El Tremendo
Otro bar clásico de la Macarena que no debe fallar en ningún listado que se precie es El Tremendo. Para quienes cuestionen la pérdida de solera de su otro local en el centro, nosotros tenemos claro que este no decepciona así pasen los años.
En la calle Previsión resiste este templo con solera, con una terraza animada por los vecinos y quienes se dejan caer a probar lo de siempre: tapas, caracoles y cabrillas.
📍 c/ Previsión, 10
5. Yebra
Desplazarse hasta Yebra es casi una romería. Y es que aquí uno reconoce la tradición e historia a golpe de vista. Quienes regentan este espacio son ya la segunda generación de este templo de las tapas que lleva en pie desde 1959.
📍 c/ Medalla Milagrosa, 3
6. Restaurante Arroz Blanco
Arroz Blanco es toda una introducción a la cocina peruana más allá de los muros del centro. Es, sin embargo, un imprescindible al que acercarse para probar sus modestos pero deliciosos platillos. Lo encontraréis en paralelo a la Avenida Doctor Fedriani, a pocos metros del puente del Alamillo.
📍 c/ Coral, 5
7. Taberna Torneo
Que los del grupo Arengalia se hayan ido expandiendo por los barrios de la ciudad no sorprende a nadie. La fórmula de sus tabernas funciona y hará que repitas y los conviertas en tus referentes. En la Macarena tiene uno de sus bastiones más afianzados es uno de los restaurantes más populares del barrio.
Aquí la variedad impera, los precios son más competitivos y se pueden destacar un puñado de tapas apetecibles. El solomillo a la carbonara es uno de sus buques insignia aunque el gratín de carne con tomate y berenjenas o el canelón de carrillada harán las delicias de cualquiera.
📍 Avda. Concejal Alberto Jiménez Becerril, 20