Cuando Jesús Sánchez abrió el que otrora fuese sencillamente Amós sonaba Juan Luis Guerra, afirmó a Hola en 2023 a la luz de su menú aniversario. Imagino a Jesús León y Fátima Villanueva arrancar su primer servicio con ilusión; un año más tarde recibirían un merecidísimo Sol Repsol., que les confirmaría como una de las sensaciones culinarias en la ciudad. Ellos son la arteria de Sr. Cangrejo, cocina y sumillería abrazan este proyecto que trasciende galardones.
Despensa, bodega y fondos, guisos y vinagretas profundas. La insurrección de espacios como Sr. Cangrejo es una gran noticia, donde la cercanía y la alta cocina convergen en el mejor de los contextos, sentirte como en casa pero comiendo mucho, mucho, infinitamente mejor.
Dejarse llevar en este restaurante del Arenal suena tan bien como sabe. Y a este respecto, la cosa arrancó con el canutillo de mojama y tamarindo, casi un caramelo salado que anticipa que la diversión está servida. Una experiencia que iniciamos con el limitado Santa Brígida que produce Barrialto en Sanlúcar, palomino para abrir boca.
Gusto y sapiencia en El Arenal
Le siguió el ya consagrado boquerón y berenjena del Cangrejo, con miso y aceite texturizado, y la vieira estilo kinilaw, un ceviche de mango y papaya con aceite de hierbabuena y ruibarbo que, bueno, otro rollo.
Celler Dumenge armonizó los platos que siguieron con el espumoso bautizado bajo el mismo nombre que la bodega. Un pase refrescante de la mano de la huerta, una ensalada de tomates que querrías comer en casa con una vinagreta de nísperos y nueces de macadamia que fue un diez sobre diez.
Otra prueba irrefutable de que Sr. Cangrejo es gusto y sapiencia: su aguachile de maíz con gamba blanca y aguacate. El picante no es evidente ni persistente, este plato sí lo es. Puro ahumado, muchísimo sabor.
Por qué Sr. Cangrejo atrapa desde el primer bocado
Donde anidan las hierbas y se abraza el mar hay un reducto que también saben gestionar con maestría. En concreto, hablamos del gazpacho de tomate verde y bonito macerado en kimchi, pilpil de pimiento y mostaza.
La Barrita Brava se enciende y el escenario empieza a animarse paulatinamente. Los platos no dejan de desfilar desde su cocina de pequeño formato a través de un servicio impecable.
Y si la gastronomía no fuese suficiente, Fátima es capaz de elevar la experiencia y potenciar los sabores con sus vinos. Porque Sr. Cangrejo tampoco se entiende sin la aportación de una bodega rica en continua transformación y crecimiento. La enésima propuesta, Skin contact, preparó el paladar para dos cierres de categoría.
A saber: caballa con siracha y hierbabuena y parpatana de corvina donde no se escapan puntos de cocción precisos y salsas a las que uno podría prodigarse toda la noche.
Para rematar, dos postres que son todo un regreso a los orígenes, poleá con cerezas encurtidas, pan de especias y pimienta Jamaica y arroz con leche.
Y es que este restaurante, ya lo adelantamos, no forma parte de la escena gastronómica de Sevilla. Dicho de otro modo, son ellos quienes funcionan como un magnetismo inevitable. Sea para dirigir una tendencia fresca y comprometida en la ciudad o para hacernos volver a sabores divertidos, a comer con las manos, a rebañar cada elaboración.
Es bestial lo que hacen los chicos de Sr. Cangrejo. Porque se está de maravilla en este entorno rodeado de crustáceos, con marcado sello andaluz, un lugar recóndito para hallar vinos especiales. Una barbaridad de restaurante.
El concepto de este espacio, que traspasa las definiciones que le otorgan a los bares, a las barras y a los restaurantes refinados, es el de llevarte a algún lugar novedoso con sus bocados sin dejar de recordarte cómo se siente cuando se come bien.
A la nómina de esos lugares que logran que la alta cocina sea como pasear por casa pertenece Sr. Cangrejo. Una meca ya que solo pide repetir, repetir, repetir.
Inclasificables de las órbitas gastronómicas que seducen antes de entrar, que te atrapan una vez estás dentro, que despegan como cohetes culinarios y se aventuran a un futuro prometedor porque el presente, es fácil de comprobar, ya lo han conquistado.