Mucho más que montaditos de ‘pringá’, solomillo al whisky y pavías de bacalao. Sevilla es una ciudad de bares, restaurantes, cafeterías y mercados gastronómicos.
No hay nada que sorprenda más a una visita que el hecho de que en Sevilla se puedan comer pajaritos. Los de fuera son incapaces de comprender por qué nos comemos a estas criaturas aladas, pero a nosotros nos parece de l...
No nos perdemos ni una fiesta y no hay cosa que nos guste más en el mundo que salir de cerveceo, pero eso no quita que en algunas ocasiones también nos sintamos viejóvenes. Un plan de…...
En nuestra etapa universitaria era un clásico, pero aunque hayamos dejado atrás aquella época, todavía seguimos frecuentando las tabernas más conocidas de Sevilla: Los Coloniales. No exageramos al afirmar que siempre ha...
¿Eres de los que salivas cuando ves esos anuncios de queso con la Torre Eiffel de fondo? ¿No entiendes la gente que va deambulando tan tranquila por este mundo diciendo que le dan asco los quesos “fuertes”? En mi caso,...
Si La dama y el vagabundo fuera una película con actores caninos de carne y hueso, y se hubiera rodado en Sevilla, no tenemos duda de que la mítica escena del beso y los spaguetti hubiera tenido lugar en El Nómada, el r...
Es época de depurar el cuerpo de excesos navideños y nosotros te vamos a ayudar. Siempre se ha creído que el buen tapeo no era uno de los mejores amigos de la dieta. Obviamente, unas croquetas,…...
Hay determinados restaurantes que consiguen de forma natural un aura de tranquilidad y una vez que cruzas el umbral de su puerta te preparas para una sesión de gastro-relajación. Uno de estos ejemplos en Sevilla lo tene...
Siempre te contamos cuáles son los mejores restaurantes de Sevilla, dónde se comen las mejores croquetas o los…...
Hay restaurantes que descubrimos por recomendación de otros amigos foodies, algunos los conocemos investigando en Internet y por último, damos con otros a través de Instagram. A través de esta última forma llegamos a Sa...
Es innegable que el ser humano, antes que con la boca, come con los ojos. Hasta tal punto que siempre nos va a saber mejor el plato con una buena presentación. Porque admítelo: te entra mucho mejor un hummus de garbanzo...
