Profundizar en la historia de Sevilla a través de sus puertas es un buen punto de partida. Como metáfora de acceso al pasado y también para comprender cómo se disponía la ciudad otrora. De hecho, en la antigua muralla de Sevilla llegaron a existir hasta 13 puertas. Eso sin contar los postigos y arcos que tenía la ciudad así como los pórticos de grandes palacios y los propios de la Catedral.
En otras palabras, Sevilla no escatima en accesos y resumimos nuestros favoritos, 10 obras de arte para entrar en Sevilla por la puerta grande.
1. Arco de la Macarena
Junto a la Puerta de Córdoba y el postigo del Aceite son los únicos tres accesos que se pueden en ver en la actualidad de las murallas de Sevilla. La puerta se debe a una ampliación de la muralla que llevó a cabo el sultán Ali ibn Yusuf en el siglo XII, pero su aspecto se debe a una remodelación en la que sustituyeron los elementos islámicos por clasicistas.
Por esta puerta han entrado reyes a la ciudad como Alfonso XI de Castilla, Isabel I de Castilla, Carlos I de España y Felipe IV.
2. Postigo del Aceite
Su nombre se debe a que por este acceso entraba el cargamento de aceite, ya que en las inmediaciones se encontraba el mercado y el almacén de aceites. No obstante, en el siglo XII tenía otra función de mayores dimensiones. Se le llamaba bad al-Qatay (puerta de Barcos), puesta que los almohades construyeron junto a este puerto las atarazanas, donde se construirían los navíos.
3. Puerta de los Leones
Se trata del acceso principal al Alcázar y da acceso al patio con el mismo nombre y al palacio del rey Pedro I. Su nombre documentado en los escritos previos al siglo XIX es el de puerta de la Montería. Existen diversas tesis respecto a esta denominación, entre ellas la idea de que fuera el lugar por donde el rey salía de caza.
En cualquier caso, que la conozcamos a día de hoy bajo el nombre de Puerta del León es debido al azulejo de finales del siglo XIX situado sobre el dintel con la inscripción Ad Utrunque, bajo proyecto de José Gestoso y Pérez.
4. Puerta de Córdoba
Es una de las puertas de acceso de la muralla de Sevilla. Su importancia se debe a que desde la Baja Edad Media se relaciona con San Hermenegildo, personaje que fue encerrado y torturado en este lugar.
5. Puerta de Jerez
Antigua puerta de Jerez y puente sobre el arroyo Tagarete.
Año 1850. pic.twitter.com/OsMeERe2Xa
— Sevilla Insólita (@SevillaInsolita) March 17, 2019
Toma su nombre de la antigua puerta de acceso a Sevilla, que fue derribada en 1864.
6. Puerta del Privilegio del Real Alcázar de Sevilla
La Puerta del Privilegio sirve de comunicación entre los jardines de los Poetas y de la Alcoba. Su entorno es todo un remanso de paz que ha servido como escenario para múltiples proyectos de la gran y la pequeña pantalla.
7. Puerta de Palos de la Catedral de Sevilla
Es la portada de la Catedral de Sevilla designada para ganar el Jubileo de la Misericordia. Situada junto a la Giralda, fue construida en el siglo XVI por Juan de Hoces y Pedro Sánchez de Toledo. En el tímpano que se observa en la imagen, la decoración escultórica, a cargo de Miguel Perrin, representa la escena de la Adoración de los Magos.
8. Postigo del Abdelaziz o Arquillo de la Plata
En la explanada en plena avenida de la Constitución situada entre el Coliseo y la Puerta de Jerez se encontraba el amplio solar desde el que se accedía al interior de los Reales Alcázares. En concreto, a través de la puerta de Abd al-Aziz. Actualemte se mantienen las dos torres que la flanqueaban, una de ellas cuadrada y la otra hexagonal.
9. Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla
Si la Catedral de Salamanca presume de su astronauta, la de Sevilla podría hacer lo mismo con su santo de tres manos. Se puede ver en la Puerta del Perdón y es una de las más imponentes de Sevilla. Este santo pertenece a un repertorio escultórico atribuido a Miguel Florentín y está fechado entre 1.519 y 1.522.
Se compone de un relieve de Jesús echando a los mercaderes del templo, el arcángel Gabriel, San Pedro, San Pablo y la Virgen Anunciada.
10. Portada de la Feria de Abril
A estas alturas, no es baladí pensar que la Feria, más allá de una excusa para festejar la cultura de uno, es también historia. Y respecto a sus rincones más emblemáticos, la portada es sin duda el que los eclipsa a todos. Acceso y elemento decorativo, obra artística e inspiradora que cambia cada año con un nuevo diseño.