La de Sevilla, como todas las grandes catedrales, puede presumir de accesos tan monumentales como su afamada Puerta del Perdón. Ofrece uno de los encuadres más solicitados del templo enmarcado en el arco tumido que da acceso al patio. Ofrece la Puerta del Perdón, además, una magnífica curiosidad pues, al estilo del astronauta perfilado en la Catedral de Salamanca, aquí se oculta un santo de tres manos.
El santo de tres manos, obra de Miguel Florentín
Este santo pertenece a un repertorio escultórico atribuido a Miguel Florentín y está fechado entre 1.519 y 1.522. Se compone de un relieve de Jesús echando a los mercaderes del templo, el arcángel Gabriel, San Pedro, San Pablo y la Virgen Anunciada.
La tercera mano en cuestión está sosteniendo la escultura de San Pablo, quien es una especie de hombre elástico, ya que se mete la mano en su ropa y la saca por debajo. La próxima vez que pases por la Puerta del Perdón no te olvides echarle un vistazo a la tercera mano del santo.