Últimamente, cada vez que vamos a comer fuera pensamos mucho en gastrobares, locales de sushi o algo más exótico como un peruano. Sin embargo, por nada del mundo debemos abandonar las viejas costumbres gastronómicas y renunciar a manjares que nos regala la vida como la pringá o el rabo de toro. Así que en nuestra última ruta por Sevilla nos hemos propuesto rendir culto a nuestro santo y plato favorito, el San Jacobo. ¿Nos acompañáis?
El Caminante Andaluz
Es uno de los mejores bares de la Macarena para tapear y es que en verano su terraza por la noche es un oasis de paz en Sevilla. El solomillo al whisky que preparan está bastante apañado, pero nada puede competir con el plato estrella de la carta: el san jacobo. Tiene un tamaño XXL, así que ni se os ocurra pedirlo si no es para compartir. No solo destaca por ser tan grande como tu cabeza, sino que además está espectacularmente bueno.
📍 c/ José Díaz, 8
La Raza
Probablemente este sea uno de los restaurantes más antiguos de Sevilla y, por consiguiente, con más historia. Aunque el entorno en que se encuentra predispone al paladar, no cabe duda que su san jacobo es impresionante. Siguiendo la receta tradicional, lo elaboran con jamón ibérico y queso de oveja. Para que te vayas a casa con buenas vistas y mejor sabor de boca.
📍 Avda Isabel la Católica, 2
Bar Cibeles II
Este tradicional bar trianero sirve exquisiteces como serranitos, croquetas o flamenquines, pero es un delito no probar su san jacobo casero de carne, que preparan con cinta de lomo, jamón de york y queso cremoso en lonchas con guarnición de patatas. Todo un placer para el paladar, aunque tampoco está de más que compartáis este manjar si no queréis salir rodando por la puerta.
📍 c/ Justino Matute, 12
Restaurante Mara
Aunque este local sea más conocido por ser un referente en pescados y mariscos, también preparan platos de carne muy recomendables. Lo peculiar de su san jacobo es que lo sirven con huevos y patatas fritas, y además se puede pedir tanto en tapa como en ración. En cuanto a sus ingredientes lo preparan con queso viejo y jamón ibérico, que le confieren un sabor excepcional.
📍 c/ Céfiro, 7
Taberna Santa Marta
Aunque lo más conocido de este bar sea su bestial flamenquín, los san jacobos que preparan siguen siendo de lo mejor de la carta. Todos los platos son bastante generosos y el san jacobo no es menos. Aunque sin duda lo mejor de esta taberna es su increíble terraza en la Plaza de San Andrés.
📍 c/ Angostillo, 2
Bar Oliva (cerrado)
Las croquetas y las pavías siempre son un acierto, al igual que el san jacobo casero que llevan preparando durante años. Lo hacen de forma clásica con dos filetes de lomo tiernos, queso en loncha y jamón serrano. Se sirve con patatas fritas caseras y mayonesa. Su espectacularidad radica en lo simple que es.
📍 c/ San Jacinto, 77