Es más común de lo que parece andar buscando pastelerías en Córdoba y que nos demos de bruces con un artículo de dulcerías en medio de la pampa argentina. Otro ejemplo, que seguro que el lector se acordará, fue la disparatada conversación entre un murciano y una colombiana en First Dates y su equívoco refiriéndose a Cartagena. A Sevilla le sucede una casuística similar: el barrio de Triana (habrá quien piense que no hay más que una) también se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria.
En realidad, la Triana canaria lleva en Las Palmas desde la fundación de la misma. Cuando el capitán Juan Rejón instaló su campamento militar junto al palmeral del barranco de Guiniguada en 1478 puso el germen de la ciudad que hoy gobierna esta isla. Junto al primitivo barrio de Vegueta, el de Triana sirvió como barrio de marineros y comerciantes.
Cientos de marineros de ribera se asentaron en la que otrora se conociese como la Ciudad del Real. El Barrio de Triana, por su parte, comenzó a desarrollarse y expandirse paulatinamente. Muchos de los marineros y colonos que aquí se establecieron eran de Sevilla, razón por la que esta zona de la ciudad y su principal vía, la calle Mayor de Triana, fueron así bautizadas.
¿Qué significa Triana?
Y es que el origen de Triana como término, si bien sujeto a distintas teorías (como la Triana de Trajano), remite al árabe. Según esta hipótesis, fueron ellos quienes así la designaron, pues en su lengua Triana significa algo así como más allá del río. En esta misma línea, la calle Mayor de Triana se encuentra más allá del que fuese un río, que hoy es barranco y es la Guiniguada.
Los paralelismos no quedan ahí. Si la Torre del Oro en la hispalense sirvió como centro administrativo y control de las riquezas que arribaban del Nuevo Mundo, el Puerto de La Luz y Triana, en Las Palmas, fueron enclaves fundamentales en lo que refiere al abastecimiento de las naves que partían hacia América.
Es más, ambos barrios cuentan con placas conmemorativas que recuerdan el estrecho vínculo que las une.
Sevilla y Las Palmas, hermanadas por Triana
Salvando toda distancia ―literal, gastronómica y aspectual―, las Trianas constituyen algunas de las áreas más animadas y pintorescas de las ciudades en las que habitan. Es difícil resistirse a los encantos de ambas, inclasificables.
Las callejuelas coloridas o la arquitectura emblemática. Aníbal González o Balbuena y Huertas elevaron en el arrabal de la hispalense grandes edificios y el modernismo hizo lo propio en multitud de inmuebles del siglo XX que embellecen la canaria.
Los negocios de siempre confluyendo con barecillos de tapas (y aquellos en la isla que se prodigan a las papas con mojo o la ropavieja). O el estrecho vínculo con la música y la predilección de personajes ilustres por estos barrios. De Marujita Díaz o María Jiménez en Triana a Pérez Galdós o Tomás Morales en su homóloga canaria.
En suma, una historia de lazos innegables abrazos por el Atlántico.