Desde hace más de 60 años la capital andaluza no ha vivido nada igual.
El rey poeta de Sevilla, Al-Mutamid, desafió las leyes de la naturaleza para cumplir la promesa que le hizo a su amada, Rumaikyya, cuyo mayor sueño era ver la nieve. El rey sabía que era imposible que nevara en la ciudad, así que haciendo uso del ingenio para crear un paisaje nevado, mandó que se plantaran almendros para que así su amada pudiera ver la ciudad cubierta de «nieve».
Por desgracia, Rumaikyya nunca vería la verdadera nieve, a diferencia de los futuros sevillanos en el año 1954 a las 20:00 horas del 2 de febrero. Aquel día Sevilla se empezó a cubrir por un blanco manto que todavía recuerdan algunos como algo insólito. No es para menos si tenemos en cuenta que, si bien la lluvia en Sevilla es una maravilla, la nieve brilla por su ausencia y mucho menos una gran nevada como la que se vivió aquel año.
Comenzó a nevar en la tarde del día 2, amaneciendo la ciudad bajo un manto blanco en la mañana del 3 de febrero.
Fue la última gran nevada, aunque en 2010 se produjo otra más reciente pero de menor intensidad #nieveensevilla1954 #historia pic.twitter.com/bbmqRW14eo— ᴊᴏsé ʀᴏᴅʀíɢᴜᴇᴢ ᴘᴏʟᴠɪʟʟᴏ ✍ (@JRPolvillo) February 1, 2019
Toda la ciudad quedó sepultada aquel día bajo una capa de nieve de 15 centímetros de espesor. Lástima que los ciudadanos no tuvieran un móvil con cámara en mano por entonces porque hubiéramos tenido un gran registro de lo que supuso este acontecimiento histórico-meteorológico, que se produjo por un anticiclón que se desvió del norte de Europa al sur.
Por suerte, había personas que disponían de cámara fotográfica y salieron a la calle para captar este momento único. El Real Alcázar, el Parque de María Luisa, el Palacio de San Telmo o la Catedral son algunos de los lugares que fueron captados este día que difícilmente se volverá a repetir.
En este vídeo podrás ver algunas de las imágenes que tenemos del último día en el que Sevilla salió a celebrar la nieve.
Foto de la imagen de portada: @JRPolvillo / Twitter