Es la madre de todas las tapas clásicas de España. Se sirven en el 90% de bares de tapas y al igual que las croquetas, nunca fallan. Son perfectas en todos los sentidos. Gustan a todos por igual y es la mejor tapa para los tiempos de crisis porque son baratas y cuantiosas.
Como todo en esta vida, parece muy sencillo a priori, pero una vez que nos ponemos a hacerlo en casa, nos damos cuenta que las patatas han salido crudas y la salsa sabe a rayos. Por ese motivo dejad de intentar en vuestra casa de hacer falsos intentos de salsas y salid a la calle a probar las mejores bravas de Sevilla:
Uno de delicias
Uno de los puntos a favor del local son sus vistas a la Torre del Oro. El lugar está bien decorado y no se sale de precio para ser un gastrobar. De hecho tiene la típica carta de moda que se ve en muchos bares, que consiste en un folio sujeto a una tabla de madera. En cuanto a lo que de verdad nos interesa tenemos varios tipos de bravas. Unas se sirven con picante y otras con una salsa de alioli. Ambas riquísimas y perfectamente combinables con su salmorejo de fresa. Paseo de las delicias, 1.
Perro Viejo
Ya os lo recomendamos hace poco por sus creativas tapas, pero no podíamos mencionar las mejores bravas de Sevilla pasando estas por alto. Lo curioso de este sitio es que aparte de comer cosas originales, le dan una vuelta a la tapa de toda la vida como es este caso. Para mi gusto, sus bravas a la brasa están en el número 1 y no se parecen a ningunas que haya probado antes. c/ Arguijo, 3
Taberna Alabardero
Degustar sus bravas es un placer que no hay que perderse y más teniendo en cuenta que este es uno de los templos gastronómicos de Sevilla. Y es que además de estar deliciosas asistir a su acabado es todo un espectáculo. Que si el pimentón, que si la espuma de alioli, que si un chorreón de tabasco… ¡Bocado de dioses! c/ Zaragoza, 20
Catalina
Otro de los lugares en los que el concepto de la brava se ha renovado y la sirven de una forma elegante y peculiar. Probablemente, muchos digáis que no hace falta tanta floritura para comer unas bravas, pero estoy seguro que no decís lo mismo cuando las probéis. Las patatas las sirven con piel y van acompañadas de una salsa brava con mayonesa.
Plaza del Padre Jerónimo de Córdoba, 12
Lobo López
Lobo López destaca por su cocina fusión internacional y sus platos más exóticos. Y aunque sus bravas no eclipsen muchos de los platos de la carta, realmente son indispensables si os acercáis al local. Corte gajo y una deliciosa combinación de salsas con orégano que harán replantearte si la vida no merece dedicarle un monumento a este sencillo manjar. c/ Rosario, 15
La Pulchra
En Internet todos los usuarios decían que este bar servía las mejores bravas de la ciudad y no me quedó de otra que ir a comprobarlo. Mi veredicto es que entran dentro de las cinco mejores, aunque no sé si alcanzarían el primer puesto. Lo mejor es que las sirven gratis con cada consumición que te pidas. Y si queréis comer en el lugar os recomiendo que acompañéis las bravas con queso de valdeón con nueces y crepes de morcilla. c/ José Luis de Casso, 32
Salomon
Dentro del bar hay un cartel que pone “a la espera de sus tapas pidan papas bravas” ya nos deja caer cuál es su producto estrella. Es un lugar para tomar pinchos a buen precio, pero sin duda su cartel no miente y sus bravas son de las mejores de la ciudad, con una salsa no muy habitual con un toque de naranja y poco picante. La gracia de sus camareros hace que las bravas luzcan más todavía. No dejéis de probar los pinchos a la brasa con sus distintas salsas. c/ López de Gomara, 11
Anibal (cerrado temporalmente)
Otro restaurante rompedor a este respecto es Anibal, situado en las inmediaciones de la Alameda de Hércules. Sus crujientes patatas merecen una oportunidad. Van servidas con una espuma de kimchi deliciosa que cubre las patatas a modo de manto. Un espacio moderno con comida rica y explosiva. c/ Amor de dios, 8