Del extenso callejero andaluz se desprenden varios elementos comunes: casas encaladas y barrios laberínticos (los que se remontan al legado árabe) cuyas callejuelas se cruzan, esconden y estrechan. En Sevilla el barrio de Santa Cruz puede presumir de concurrencia y pintorescas vías en las que perderse, incluso en las quedarse prácticamente encajado, como la calle más estrecha de Sevilla.
La calle Lope de Rueda, otrora conocida como Barrabás, consigue la segunda posición en lo que a calles estrechas en Sevilla se refiere, sumando apenas 102 centrímetros de ancho en su parte más reducida. Atravesarla supone dar con la calle Santa Teresa o la conocida plaza de Alfaro.
El callejón del beso, la tercera calle más estrecha de Sevilla
Si bien su nombre oficial es calle Reinoso nadie conoce al callejón del beso, la tercera vía más estrecha de Sevilla, con tal denomnación. Es este otro destino imposible de atravesar con un vehículo. En este caso, su punto más estrecho mide 106 centímetros.
Esta calle destaca por su fresca temperatura originada por la propia estrechez de la calle que proporciona sombra las 24 horas, pero también es sobresaliente por su curioso nombre popular: calle de los besos.
En el siglo XVIII era conocida como calle del Moro Muerto, pero su actual denominación (calle Reinoso) la recibe en 1840 por el poeta Félix José Reinoso (1772-1841), vecino de esta zona. Sin embargo, el nombre popular de la calle de los besos lo recibe de una leyenda que cuenta que debido a la extrema cercanía de los balcones entre ambos lados, eran muy frecuentes los besos y saludos entre los propietarios de la calle.