A Sevilla le sobran detalles que admirar y sus refrescantes fuentes no se quedan atrás. La ciudad hispalense ostenta gran cantidad de esculturas, azulejos, patios y majestuosas plazas que son obras de arte en sí mismas.
Con todo ello, también se reserva refrescantes fuentes engalanadas que nada tienen que envidiar a la Cibeles. Posiblemente pases junto a ellas a diario pero sabes poco de su nombre y mucho menos de su historia. Hasta hoy.
Fuente de Híspalis
El Ayuntamiento de Sevilla le encargó esta fuente a Manuel Delgado Brackembury con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. También se conoce como Fuente de Sevilla y marca un punto de referencia en el mapa del centro de la ciudad, entre Puerta de Jérez y la Avenida de la Constitución.
Fuente de las Ranas
La de las ranas data de 1914 y es la fuente más antigua del Parque. En ella se pueden ver ocho ranas que apuntan su chorro hacia el centro, donde hay un pato apoyado sobre una tortuga. La belleza de esta fuente hizo que muchos sevillanos pusieran una fuente a imagen y semejanza de esta en sus patios, y por tanto no es un dato sorprendente que su estructura se repita en muchos de ellos.
Fuente de Catalina de Ribera
Sobre el paño de la muralla se encuentra la fuente dedicada a esta dama que en 1483 adquirió el Palacio de las Dueñas. A finales del siglo XV construyó la Casa de Pilatos, un palacio cuya decoración exquisita culminaría su hijo Fadrique. Finalmente, en el 1500 fundó el Hospital de las Cinco Llagas. Casi nada.
La fuente conmemorativa es del año 1921 y fue una obra a cargo de Juan Talavera y Heredia. A propósito, ¿sabes por qué se siguen confundiendo los Jardines de Murillo con el Paseo Catalina de Ribera?
Fuente de la Plaza de España
La majestuosidad de esta plaza la convierten en uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla. Desde el año 1929 en el que se construyó para la Exposición Iberoamericana, ha acogido a miles de turistas que hacen un largo camino para poder ver este lugar que concentra toda la historia de España.
La fuente circular que preside este monumento es un trabajo de Vicente Traver y Tomás, realizada en 1929 en continuación de las obras de Aníbal González.
Fuente de las Cuatro Estaciones
Manuel Delgado Brackembury (el responsable de la Fuente de Híspalis) también construyó esta otra en el mismo año con la ayuda de Eduardo Castillo y Manuel García. Se trata de un imponente conjunto escultórico que evoca, a través de sus cuatro cuerpos, las cuatro estaciones del año. De ellos emanan el agua que refresca la Avenida del Cid.
Fuente del Dios Mercurio
Se trata de una de las fuentes más emblemáticas de Sevilla, ya que su presencia en este lugar se remonta al siglo XVI. Ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos. La fuente actual es una obra de Rafael Manzano Martos en 1974.
Fuente-Farola de la Plaza Virgen de los Reyes
Frente a la Giralda descansa esta fuente, que acoge a cientos de turistas cada día, que aprovechan este espacio para descansar y admirar la belleza de la Catedral. José Lafita Díaz construyó este necesario alto refrescante en el año 1929.
Fuente de Leones del Parque de María Luisa
Otra de las fuentes de Sevilla pensadas para la Exposición Iberoamericana de 1929 es la de los leones, en el Parque de María Luisa y una creación también del escultor Manuel Delgado Brakembury.
Fuente de la Plaza de la Alianza
Esta plaza del barrio de Santa Cruz aglutina buena parte de la vida de la judería. Una de estas razones son los bares a la sombra que colman este espacio. Otra es su recogida fuente del siglo XVIII.
Fuente del Pato
La Plaza de San Leandro revela esta antiquísima fuente del año 1850. Su ubicación, no en vano, no se ha mantenido en el tiempo. Antes estuvo en la Alameda de Hércules, el Prado de San Sebastián y la Plaza de las Mercedarias.
Fuente de Neptuno Niño
Es de autor desconocido y data del siglo XVIII. Se encuentra en el Jardín de las Delicias de Sevilla y la preside un niño que sostiene una caracola.