Lo que hace atractiva una ciudad, más allá de sus grandes monumentos, es la historia que se esconde bajo la sencilla apariencia de las cosas. Te descubrimos algunos secretos de una ciudad que siempre nos tiene reservada más de una sorpresa:
1. Has ido a Plaza de España mil veces, pero nunca te ha dado por fijarte qué había encima de cada provincia. La próxima vez que vayáis echad un ojo porque veréis unos bustos que representan los personajes ilustres de la historia española. Isabel la Católica, el Cid o Velázquez son algunos de los rostros que podéis ver gracias al escultor Pedro Navia Campos.
2. En un arquillo del Ayuntamiento que da a la Plaza de San Francisco se puede ver una cruz, que tiene un significado mucho más crudo de lo que nos podíamos imaginar En concreto, esta cruz sirvió para celebrar el último Auto de Fe de la Inquisición en Sevilla, que tuvo lugar en esta plaza. Por si no tenéis muy actualizados los libros de historia, los autos de fe eran los actos de la Inquisición en los que los acusados se mostraban arrepentidos y abjuraban de sus pecados.
3. Cuando se limpiaron los muros de la Catedral se descubrieron unas inscripciones de color rojizo llamadas vítores, que no son otra cosa que pintadas que se hacían cuando alguien se doctoraba o se conmemoraba alguna celebración.
4. Si estudiáis en el Rectorado os sonará haber visto en la puerta de los despachos de los profesores una plaquita con un número. Curiosamente esta placa se remonta a los inicios de la Real Fábrica de Tabacos, que tenía una cárcel propia. Ironías de la vida que allá donde los criminales pasaron los últimos día de su vida hoy sea donde los profesores se dediquen a calificar a sus alumnos.
5. Si te dicen Kansas City, posiblemente sólo se te vengan a la cabeza la avenida sevillana que está por Nervión y “El mago de Oz”. Sin embargo, esta denominación tiene una explicación: Sevilla y Kansas City son ciudades hermanadas y ellos también nos han homenajeado dedicando una “Seville Avenue”. Y no es el único homenaje que nos han hecho…
6. En el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla hay colgados en las vigas del techo un cocodrilo, un bocado de caballo y un bastón de mando. La explicación se remonta al año 1260, cuando el sultán de Egipto mandó una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. El sultán envió un colmillo de elefante, un cocodrilo del Nilo vivo y una jirafa domesticada. Sin embargo, ni corto, ni perezoso, el rey rechazó la propuesta, quedándose él ambos animales y colocando en el Patio de los Naranjos el freno de la jirafa y el cocodrilo disecado. La vara se colgó más tarde cuando la trajo el embajador castellano que volvió de Egipto. Eso sí, si esperáis ver el cocodrilo disecado os vais a llevar una desilusión, ya que se reemplazó por uno de madera cuando se pudrió el anterior.
7. Estaréis acostumbrados a ver por calles, autobuses y alcantarillas de Sevilla la palabra NO&DO. Hay varias versiones que explican el origen de esta palabra, pero la más aceptada es que el rey Alfonso X el Sabio había arruinado al pueblo y su hijo Don Sancho restableció la ley y el orden, siendo reconocido en todas las ciudades menos en Sevilla, donde Alfonso X estaba refugiado. El rey, como muestra de gratitud a Sevilla por su apoyo, concedió al Ayuntamiento que en su escudo se pusiera el lema con las sílabas “No” y “Do”, con una madeja en medio, por lo que significa “Sevilla no me ha dejado”. Te lo contamos con detalle en este artículo.