Los museos y atractivos turísticas más visitados de Sevilla no admiten duda. Los vecinos de la hispalense o quienes la visitan se habrán dejado caer por la imponente Catedral y sus cubiertas, el Real Alcázar o el Bellas Artes. Otros muchos espacios, sin embargo, se reservan como casi desconocidos salvo para los verdaderos amantes del patrimonio. Y el Palacio de la Condesa de Lebrija es uno de ellos.
Y es que al margen de lo evidente, existen espacios ocultos que las guías no suelen contemplar. Tal vez este joya en pleno centro haya pasado desapercibida entre tus tareas pendientes. Hasta ahora. Estos son 7 datos que debes conocer antes de visitarla.
1. El Palacio de la Condesa de Lebrija se empezó a construir como una casa señorial en el siglo XVI. En sus orígenes perteneció a la familia Paiba y posteriormente a los condes de Corbos y los condes de Miraflores.
2. Fue en el año 1901 cuando pasa a ser propiedad de Regla Manjón Mergelina, la propietaria que da nombre a este palacio, que llevó a cabo una restauración y lo acondicionó para poder albergar antigüedades. La condesa de Lebrija era una gran apasionada de la arqueología, por lo que no dudó en ornamentarlo con piezas que aparecían en sus terrenos u otras que compraba a comerciantes de antigüedades.
3. El patio principal es todo un tesoro arquitectónico. Su techumbre de madera, la reja de hierro dorado y policromada y la suelo, un mosaico romano, le confieren una belleza intachable.
4. En la planta baja se hallan restos arqueológicos y colecciones. Por su parte, la planta alta alberga estancias que se mantienen tal como vivía la familia de los condes de Lebrija. La biblioteca posee más de 4.000 ejemplares. Eso, sin mencionar, las columnas y esculturas romanas, bustos grecorromanos y obras pictóricas de Van Dyck, Bruegel el viejo y cuadros de la Escuela de Murillo.
5. Uno de la grandes bienes del palacio es el mosaico romano que se encuentra en el patio central, que apareció en los terrenos de la condesa. El medallón central representa al Dios Pan con la flauta, dedicando a Galatea su gran amor, sones y cantos. Ocho medallones ilustran escenas de aventuras amorosas de Zeus y en las esquinas alegorías de las estaciones del año.
6. Su gran colección de mosaicos romanos es el motivo por el que se llama al palacio de la condesa de Lebrija, la «casa-palacio mejor pavimentada de Europa».
7. En 1999 los descendientes de la condesa abrieron el palacio al público como museo, que puedes visitar por libre o a través de las visitas guiadas programadas.