Dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro, pero lo que no se dice es que quien tiene una pareja sevillana tiene más riqueza que el Tío Gilito, J.K.Rowling y Amancio Ortega juntos. Los sevillanos se caracterizan por ser buenos amantes, simpáticos (a pesar de la cantidad de frases absurdas del tipo «los sevillanos se creen el centro del mundo») y te garantizan una relación satisfactoria en todos los sentidos. Sin embargo, ligar con alguien de Sevilla no es una tarea al alcance de todos. Solo hay que ver Allí abajo para comprobar que el vasco Iñaki no lo tuvo nada fácil con Carmen.
Sin embargo, no te preocupes. Hay varios trucos para ligar con los sevillanos y nosotros te los revelamos:
1. Olvida los tópicos
Es probable que Sevilla sea la ciudad con más tópicos de España, pero es importante que recuerdes que ni mucho menos el 95% de la población tiene patillas, ni llevan más gomina que la fábrica de Giorgi. Tampoco vayas a tener como referencia de la mujer sevillana a Omaíta y Antonia. Como bien dirían nuestros padres, «hay de todo en la viña del Señor». Así que recuerda, nunca le sueltes a un sevillano un comentario que haga referencia a tópicos como la siesta, la fiesta y la vagueza.
2. No seas un/a sieso/a
No nos referimos a que sueltes un chiste de Jaimito cada minuto que pasa, pero los sevillanos somos gente con sangre en las venas, así que si tu actitud cuando ligas es la de estar en silencio para parecer que tienes un gran mundo interior, lo sentimos mucho, pero no interesarás. Nos gusta la gente con salero, que se ría de sí misma y sobre todo, que siempre tiene tema de conversación.
3. Olvida los planes caseros
Como buenos amantes de su ciudad, a los sevillanos nos encanta pasarse el día en la calle. Cualquier momento es bueno para salir a tomar una caña, pasear por la Judería o subir a las Setas. De hecho, los sábados amanecerás desayunando un buen mollete y acabarás con una copa en una terraza con vistas a la Giralda. De todos modos, no te asustes, también nos gusta echar una buena noche en casa viendo el nuevo de Juego de Tronos con palomitas.
4. Evita las comparaciones
Las comparaciones son odiosas y más cuando se repiten como el ajo. Que si la Semana Santa de Málaga es mejor, que si la Feria de Jerez le da cien mil vueltas, que si en Granada se come mejor, etc. Si empiezas a soltar cualquiera de estas frases es probable que te acaben invitando amablemente a que abandones la ciudad y te vayas a freír espárragos.
5. Deja que te enseñen sus bares
En Sevilla establecemos unos vínculos muy fuertes con los bares y es por eso que nos encanta compartirlos con nuestras visitas. Te llevaremos al bar donde sirven la mejor pringá, unas croquetas que quitan el sentido o la caña mejor tirada. Eso sí, desabróchate el cinturón porque nosotros el concepto de comida minimalista no terminamos de comprenderlo muy bien.
6. No guardes las distancias
Somos calurosos en todos los sentidos. Mientras que alguien del norte suele guardar mucho las distancias e ir ganándose tu confianza poco a poco, en Sevilla te tratamos como a alguien de nuestra familia desde el día 1. Estamos dando muestras de afecto constantemente y nos acercamos mucho para hablar con los nuestros (aunque después no tengamos un tono de voz bajo precisamente).
7. Disfruta del léxico autóctono
Con nuestras expresiones se podría hacer un diccionario más grueso que el de la RAE. Nos hace mucha gracia ver cómo la gente de fuera intenta incorporarlas en su vocabulario, aunque cuando las pronuncien suenen más artificiales que las canciones del verano.