Con acento en la «o» o enfatizando la «e», Olé es una de las palabras más usadas en el Sur y una de las favoritas para los guiris.
Signo de cultura española, asociada al flamenco y a la tauromaquia, su procedencia no está del todo clara.
Hay quienes afirman que viene del griego. El verbo «ololizin» (ὀλολύζειν) designa el grito ritual de júbilo de duelo. Sin embargo, en su contexto estos gritos se asociaban al dolor.
Por otra parte, existe otra teoría que afirma que «Olé» procede de un episodio bíblico. Jacob es engañado el día de su boda con Raquel. Al quitarle el velo a la novia descubre que se trata de Lea, no de Raquel. El público intenta advertir a Jacob vociferando «Oh, Lea», y de ahí la derivación a «Olé».
Olé viene de Alá
Sin embargo la versión favorita y la más extendida es la que sostiene una procedencia árabe.
Los siglos de herencia árabe dieron para mucho. Quienes afirman esta teoría sostienen que «olé» viene de la exclamación «¡Alá!» (Allah). Los árabes la utilizaban cada vez que les agradara una expresión artística, o cualquier muestra de arte, espectáculos de baile, etc. Pensaban, por ejemplo, que si un bailarín maravillaba al público con sus movimientos, Alá podía entreverse a través del bailarín.
A pesar del fin de la etapa árabe, en la Península se siguió utilizando, extendiendo y castellanizando hasta nuestro actual «Olé». Los académicos no se ponen de acuerdo y continúan surgiendo otras teorías. No obstante, mientras se deciden seguiremos ensalzando el arte con esta peculiar onomatopeya andaluza.
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