De los lugares más representativos de las ciudades a menudo se destaca su singularidad. Siguiendo esta premisa, lo lógico sería pensar que Giralda solo hubiese una. Pero lo cierto es que nuestra joya comparte ciertos parecidos con el minarete de la mezquita Koutoubia en Marrakech.
El común denominador más evidente es que resulta difícil apartar la vista cuando uno se encuentra a los pies de la Koutoubia o la Giralda. La riqueza que consigo trajeron los almohades ha dado como resultado estas increíbles creaciones. Así, se erigen como dos figuras emblemáticas presidiendo sus ciudades. Ambas presentan un marcado carácter social y religioso y no son pocas las similitudes que comparten.
Aunque la Koutoubia empezó a construirse en el 1141, no sería hasta 1148 cuando se le otorgaría una función religiosa al edificio, dedicado al culto islámico. La construcción de la Giralda arrancaría en 1184, solo 36 años después.
El corazón de la ciudad
Levantadas bajo los conocimientos, técnicas y criterios de los almohades, y bajo el reinado del califa bereber Yaqub al-Mandur, destacan por su belleza y grandiosidad. Los 104 metros (82 metros en su versión original) que completan la Giralda y los 69 de la Koutoubia las convirtieron en los puntos más altos de sus respectivas ciudades. De hecho, en Marrakech ningún otro edificio puede superar la altura del alminar.
En cualquier caso, no son los aspectos visuales sus únicas semejanzas. La Koutouibia, vestida del rojizo del desierto, se sitúa en las inmediaciones de la plaza de Jemaa El Fna, centro neurálgico de la religiosas de la ciudad marroquí y corazón de la medina. Por su parte, en torno a la Giralda se desarrolló el comercio de la ciudad y hoy es uno de los mayores puntos de afluencia turística y religiosa de Sevilla.
La situación de ambas en el callejero desvela otra de sus paralelismos: focos de música, bullicio o artesanía. El pulso de la ciudad se toma alrededor de estos majestuosos edificios.
¿En qué se diferencian?
A pesar del evidente parecido, a nadie escapa que hay elementos arquitectónicos que no comparten, especialmente en la parte superior. De un lado, el minarete de la Koutoubia queda coronado por una cúpula polilobulada de bronce con un yamur o aguja rematada por tres esferas de tamaño decreciente, al más puro estilo árabe.
En contraste, la Giralda perdió el yamur original formado por cuatro esferas en cobre dorado, durante el terremoto de 1365. En su lugar se colocó a posteriori una sencilla espadaña, que se transformaría en el siglo XVI en un cuerpo cristiano. El arquitecto Hernán Ruiz culminó la torre con ese añadido renacentista que confiere a las campanas y su conjunto ese aspecto tan característico, híbrido.
En lo relativo a la decoración, la Koutoubia destaca por sus líneas simples y sus balcones rematados con aguja y orbes, mientras que la base de la Giralda juega con los arcos de herradura semicirculares, los arcos murales ciegos y los arcos lobulados, que ofrecen una sensación romboide.
Origen del nombre
En referencia al nombre de estas construcciones surgen otras curiosidades. Giralda procede del remate que la corona, el Giraldillo. Son muchos los que creen que recibe el nombre de la Giralda. Contra todo pronóstico, es a la inversa: el Giraldillo es quien bautiza a la Giralda y no al revés. En menor medida se le conoce como Santa Juana.
De otra parte, Koutoupia procede de la palabra kutubiyin o “libreros”. Responde a este nombre porque, en su origen, albergó una biblioteca y desde su edificación estuvo rodeada de mercaderes, manuscritos y libreros. Cuentan construyeron esta mezquita sobre una pretérita, demolida al descubrirse que la orientación no era exacta hacia la Meca.
Réplicas por todo el mundo
La torre Hassan de Rabat también guarda algunas similitudes con la Koutouibia y la Giralda, todo y que tan solo pudieron levantarse 44 metros. La razón que explica su escasa altura (estaba pensada para alcanzar los 86 metros) es que, con la muerte del rey, se detuvo su construcción, quedando así para siempre.
Es bien conocido que la Giralda no es la única del mundo, amén de este artículo y de la multitud de réplicas levantadas por todo el mundo. Construcciones inspiradoras, reflejadas como si de un espejo se tratase, constituyen dos joyas arquitectónicas y símbolos genuinos de sus ciudades.
La Mezquita Koutoubia reserva su entrada exclusivamente a los musulmanes, solo pude admirarse desde el exterior.