La etimología, especialidad en la que indagan las mentes más curiosas, encierra las raíces de lo que nombramos y nada escapa a su estudio, al menos abundas teorías en torno a casi todos vocablos. Incluido el que nos ocupa. El origen del nombre de Triana se halla en su transformación desde diferentes lenguas. Podemos descomponer Triana por el prefijo «tri» (tres) y el lexema «ana», desde donde se ha dado pie a distintas interpretaciones.
La teoría de los tres ríos
La teoría más extendida es, paradójicamente, la menos realista. Esta hipótesis afirma que Triana viene de «tres-ríos» (tri-anna), los tres brazos del Guadalquivir. Procedería Triana de la geografía que tenía la ciudad cuando se asentaron los primeros trianeros.
Hace milenios, el Guadalquivir formaba un enorme delta desde su desembocadura hasta Sevilla. El delta formaba numerosos brazos que, con el paso del tiempo confluían en tres. Un brazo es el que actualmente separa Sevilla de Camas, el otro iría por la actual dársena, y el tercero discurría por la Alameda o calle Sierpes.
La Triana Trajana
Ortiz de Zúñiga plantea la teoría más probable según los expertos. Esta teoría afirma que el nombre de Triana viene de Trajano, y de Itálica.
Se conoce que los árabes la llamaban Atrayana o Athriana, que es una variación fonética de Traiana (Trajana), como se aprecia en la descripción del grabado que está sobre estas líneas. El grabado, datado de 1617, describe el puente de barcas con el nombre de «Trajano».
¿El Trastévere de Triana?
Otra teoría sostiene la semejanza entre los dos ríos. Tanto el barrio romano del Trastévere como el arrabal trianero se encuentran más allá del río, del Tíber y del Guadalquivir. «Tri-ana» pudiera proceder de trans-amnen (Más allá del río), que es el mismo efecto que sufre «Trastévere», «Transtíbere».
Otra teoría sobre el nombre de Triana: «Madre Ana»
La última versión la ofrecía el historiador Julio Mayo. Su explicación se fundamenta en la invocación litúrgica del día la festividad de Santa Ana, la patrona de Triana. El Misal Hispalense en latín que se conserva en la Biblioteca de la Catedral, datado del siglo XIII reza:
«Tris Anne plene gracie nobis…»
De esta manera, el prefijo «tris» sería la abreviatura de «mater-matris», lo que supondría que Triana fuera la evolución de «Madre Ana».