Incluso los sevillanos y sevillanos más fervientes pueden no identificar el Monumento de la Tolerancia por este nombre. Sin embargo, si preguntáramos por una vanguardista escultura ubicada en el Muelle de la Sal, junto al Puente de Triana, posiblemente sabrán de qué estamos hablando. En lo que refiere a su significado, no son tantos los que conocen su razón de ser, que venimos a desgranar.
El Monumento a la Tolerancia es una obra del pintor y escultor Eduardo Chillida, que se financió a través de la Fundación Amigos de Sefarad. Se inauguró el 1 de abril en 1992, coincidiendo con la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla. Al evento acudieron importantes personalidades como el presidente de Israel, Jaim Herzog, su esposa Aura, el Nobel de la Paz Elie Wiesel y el propio escultor.
La Fundación pagó todo el coste del monumento —98 millones de pesetas—, ya que tras esta vanguardista pieza se esconde un importante significado: conmemora el edicto de Granada de 1492, por el que los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de sus reinos. El proyecto surge del gobierno municipal del año 1980, liderado por el alcalde Luis Uruñuela. El objetivo era recordar a cinco miembros de una familia judía que fueron ejecutados.
Cuando se inauguró la escultura, Chillida dijo lo siguiente:
«No es mi intención dar ningún ejemplo a nadie, pero sería perfecto que algún día en Sevilla el pueblo judío, el árabe y el cristiano volvieran a darse la mano. Eso es precisamente la idea que refleja el monumento.»