Casas encaladas junto a acantilados, paisajes salpicados por chumberas, pitas o pinares y aguas turquesas, de un azul imposible capaz de alojar un fondo marino impresionante. Entornos rústicos donde anida la naturaleza en estado puro. Estampas propias de destinos como las Cícladas o las Baleares que, no obstante, se dan en Andalucía en forma de calas, pintorescos pueblecillos costeros y playas vírgenes.
El vasto litoral andaluz esconde verdaderos tesoros, limpios todavía de la saturación de bañistas. Estas son 8 de las calas más bellas de Andalucía que nada tienen que envidiar a otros edenes que prometen las películas y las revistas de viajes. A propósito, y a fin de que pernoctar en verano no condicione los ahorros, estos son algunos de los mejores campings del sur, seductores alojamientos en los que no tendrás que renunciar al confort.
1. Cala de San Pedro (Cabo de Gata, Almería)
Almería puede presumir de un litoral asombroso, bañado por aguas turquesas y un emocionante fondo marino. El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar aglutina buena parte de estas joyas. La Cala de San Pedro es una de ellas. La componen 250 metros de longitud, una finísima arena con áreas rocosas, un mar límpido ideal para practicar buceo.
El entorno es todo un contraste: paisajes semidesérticos para llegar hasta este reducto paradisíaco y una vez conquistado el mar, el vergel subtropical que caracteriza estas playas. Para alcanzarla hay que tomar un sendero de en torno a 4 kilómetros desde Las Negras o tomar el barco desde la localidad.
2. Cala del Cañuelo (Nerja)
El Parque Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo alberga una de las calas más bonitas de Andalucía. Se encuentra a pocos metros de la cala de la Doncella, otra joya mediterránea si bien más amplia que esta. 400 metros de arena oscura y gravilla que el mar se encarga de bañar con brío.
Entre sus bondades, frente a otras calas más inhóspitas, cuenta con dos pintorescos chiringuitos en los que reponer fuerzas.
Un dato de interés para el lector o lectora: en verano acostumbra a cerrarse el acceso en coche. Así, podrás acceder a la misma andando cerca de 1 kilómetro y medio, bajar en el autobús lanzadera o, para los más afortunados, anclar el barco en las inmediaciones.
3. Cala Barronal (Níjar, Almería)
El Parque Natural de Cabo de Gata es cinematográfico, acudas a sus conocidísimas playas o te embarques a explorar calas tan sensacionales como esta. Un paisaje espolvoreado por la fauna autóctona, sus llanuras de Posidonia y rica naturaleza marina.
Las playas de Mónsul y Genoveses rodean esta cala de 800 metros de longitud. Podrás acceder a ella caminando una senda de un kilómetro desde el ‘Campillo del Genovés’.
4. Calas de Roche (Conil de la Frontera, Cádiz)
Cádiz se reserva alguna de las mejores playas de Andalucía e incluso, nos aventuramos de afirmar, de todo el país. A pesar de su animada vida estival, para algunos veraneantes el viento de Levante implica una contra que sus calas pueden, a menudo, contrarrestar.
A este respecto, las Calas de Roche son el destino ideal, un paraíso costero de tonos rojizos resguardado del viento. Este arenal dorado bañado por aguas traslúcidas será uno de tus escenarios favoritos si todavía no lo has visitado.
Además, muy próxima a esta cala encontrarás dos mecas gastronómicas. El cuartel del mar, uno de los más emblemáticos chiringuitos de España o Alevante, el estrella Michelin que aloja el Gran Meliá Novo Sancti Petri, en Chiclana de la Frontera.
5. Cala de Enmedio (Agua Amarga, Almería)
Las paredes de roca blanca en la Cala de Enmedio sentencian un paraje sin parangón. Cabo de Gata vuelve a abrazar un rincón único para quienes buscan pura naturaleza. 130 metros de longitud donde serpentean dunas fosilizadas, formaciones rocosas y pequeñas pozas de agua.
Para dar con este regalo para los sentidos hay que tomar alguno de los senderos irregulares que la rodean, bien desde Agua Amarga o tomando la senda desde la Cala del Plomo.
6. Cala del Aceite (Conil de la Frontera, Cádiz)
Esta cala de aguas tranquilas, a unos 6 kilómetros de Conil, se antoja un refugio acuático en contraste con las populares playas de los pueblos vecinos. Todo y que ofrece 250 metros de largo, queda recogida entre acantilados. Un entorno de gran belleza paisajística salpicado por unas tímidas dunas que, ojo, dispone de un chiringuito.
7. Cala del Pino (Nerja, Málaga)
Al abrigo de los acantilados, la cala del Pino (que, en la práctica son dos separadas por rocas) es todo un oasis a apenas 6 kilómetros de Nerja. El bañista puede aparcar junto a la N-340 y descender unos 100 metros hasta dar con esta playa de aguas cristalinas en las que hallará un remanso de paz.
8. Cala del Sombrerico (Mojájar – Carboneras, Almería)
Mojácar se viste de blanco con su abanico de fiestas, chiringuitos y restaurantes costeros. Más allá de este artefacto turístico se esconden algunos tesoros vírgenes. Hablamos de la cala del Sombrerico. Junto al Castillo de Playa Macenas hay un aparcamiento y una senda que conduce hasta este reducto poco transitado. En el camino el visitantes se topará con la Torre del Pirulico y la playa de Bordenares.
Dejando atrás sendos espacios y su camino de tierra entre acantilados, uno alcanza por fin una de las mejores calas de Andalucía, por su innegable belleza y tranquilidad. Recibe el nombre por la enorme piedra que gobierna el entorno y que recuerda a este complemento.