Si estás pensando en una escapada a la Ciudad de la Luz, toma nota.
Fernando III, hijo de la reina de Castilla, Berenguela I, y del rey de León, Alfonso IX, nació en Peleas de Arriba (Zamora) e, irónicamente, es el patrón de Sevilla.
No le resultó fácil conseguir el patronazgo. Nada menos que una guerra contra los reinos musulmanes que duró 24 años y no hubiera conseguido la victoria si no fuese por la flota cántabra que le ayudó en su misión (aquí te contamos cómo llevó a cabo esta gesta).
Antes de morir el 30 de mayo de 1252 y, en agradecimiento a Dios, ordenó que se alzase sobre la mezquita el mayor templo católico de la cristiandad que hoy es la Catedral de Sevilla, donde podemos podemos ver su cuerpo en una urna labrada por Laureano de Pina.
No obstante, lo que más nos fascina de la figura de Fernando III es que hay un pequeño templo en París dedicado a su figura: San Fernando de Ternes.
El origen de esta iglesia está en la desaparición de la parroquia Villiers la Garenne, templo del que dependía el barrio de Ternes, durante la Revolución Francesa.
La población aumentó y fue necesaria la edificación de una nueva iglesia, así que el municipio de Neuilly adquirió en 1842 un solar por 20.000 francos y ordenó al arquitecto protestante Lesqueux que diseñase el templo. El arzobispo de París, Dennis Auguste Affre, la inauguró bajo la advocación de San Fernando y unos 10 años más tarde, fue preciso ampliar la iglesia.
En 1970 se tiene que renovar toda la zona y es necesario trasladar el templo piedra a piedra, desplazándolo hasta la ubicación actual, en la plaza de la Puerta de Ternes.
La iglesia, de estilo neo-bizantino, es mucho más austera que cualquiera de Sevilla y en su interior hay un altorrelieve con imágenes de San Fernando. No es uno de los templos más imponentes de la Ciudad de la Luz, pero merece la pena visitar este pequeño homenaje parisino al patrón de Sevilla.
Por cierto, ¿sabías que Sevilla y París están unidas por otro monumento? Descúbrelo aquí.
Fuente: Leyendas de Sevilla
Fuente de la imagen de portada: Patrimoine-histoire