Remitirnos al origen de esta plaza desvela que este enclave ha sido testigo indiscutible del paso del tiempo y que acumula hasta siete nombres distintos. Si bien son muchas las plazas con encanto en Sevilla, esta en particular almacena un buen surtido de vidas.
Desde inicios del siglo XIV se atestigua la existencia de panaderías. Antonio Ballesteros, en Sevilla en el siglo XIII, asegura que se la conocía como «Plaza de las Atahonas». Estas panaderías de época coinciden con los establecimientos comerciales que le dan la espalda a la Iglesia del Salvador. Otrora fueron unas arquerías, tabicadas a día de hoy.
Los siete nombres de esta plaza
La denominación que perduró durante más tiempo en el medievo es la de plaza del Salvador, que abarcaba un área más amplia, con la iglesia en el centro. Tales eran las dimensiones de la plaza, que incluso incluía a la de la Pescadería. Por esta razón, tuvieron que concretar el término un poco más. En el Diccionario histórico de las calles de Sevilla aparece como «Plaza de Abajo de San Salvador» a mediados del siglo XIV, y «Baja del Salvador» hasta el XVI.
No será hasta el siglo XVII cuando se retome la denominación de «Plaza del Pan». Este producto llegaba de Alcalá de Guadaíra y Mairena, en su mayoría. No obstante, un documento fechado de 1667 la nombra como «Plaza de la Fruta», así que no era el pan el único producto que se vendía en esta plaza.
La plaza no recibió el título oficialmente hasta 1820, justo cuando los panaderos fueron desalojados. La rotulación se convertiría en un homenaje al gremio.
Aunque los panaderos desaparecieran, su actividad comercial aumentó y su ubicación céntrica se convirtió en un punto estratégico. Tanto fue así que también creció el abanico de servicios y establecimientos. Por esta razón, entre 1868 y 1971 se la conoció como «Plaza del Comercio».
Por si no fueran pocas todas estas nomenclaturas, el historiador Moreno Galván añade una más. Afirma que en 1845 era conocida como «Plaza Vieja del Pan» o «del Pan Vieja», dado que la actividad quedaba muy lejana.
En 1939 esta plaza volvió a cambiar su nombre en homenaje al devoto nazareno Martínez Montañés. Y es el nombre con que hoy se conoce (Sobre papel) a esta plaza: «Jesús de la Pasión». Y tú, ¿bajo qué nombre la conoces?