Gastronómicamente hablando, 2017 ha sido un regalo para el paladar.
Le tememos a la báscula más que un niño a quedarse sin Reyes Magos, pero es que nuestro miedo no es infundado. Llevamos todo el año explorando nuevos restaurantes y confirmando los clásicos de siempre. Somos el típico amigo con el que vas por la calle y te va haciendo una breve reseña de cada local que ves, aunque esta sea tan simple como «aquí se come que flipas»; somos ese amigo que se emociona tanto viendo la carta que lo quiere pedir todo; y por supuesto, somos el amigo que se enfada si alguien quiere renunciar al postre.
2017 ha sido un año de grandes descubrimientos gastronómicos y queremos compartirlos contigo, para que así en 2018 tú también le tengas miedo a la báscula:
Sal Gorda
A priori, creíamos que era un gastrobar del montón con platos muy bien presentados en Instagram, pero una vez que lo probamos, nos gustó tanto que incluso le dedicamos una reseña. En su carta puedes encontrar desde tapas tradicionales (bravas y croquetas), hasta algunas más innovadoras como la ostras con jugo de manzana fermentada e hinojo. El precio medio es de 15 euros y te garantizamos que repetirás, al igual que lo hicimos nosotros.
C/ Alcaicería de la Loza, 23
Tragaldabas de Enrique Sánchez
Otra gran sorpresa gastronómica que nos gustó por varios factores como el buen ambiente del local, unos precios razonables y lo más importante de todo: buena comida. La carta no te va a sorprender por su originalidad, ya que lo que preparan aquí es la gastronomía tradicional andaluza, pero con un toque más moderno.
C/ Méndez Núñez, 16
Lobo-López
Es raro que el grupo de La vida en tapas abra un local que no funcione, ya que siempre repiten la misma fórmula: una decoración interior muy íntima y agradable, cartas de tapas a precios muy asequibles y platos que te dejan muy satisfecho. Ya éramos fans de Dúo Tapas y Chifa Tapas, pero Lobo López nos gustó tanto, que incluso le dedicamos una reseña. Muy importante: no te vayas de aquí sin pedir el fresón de foie.
C/ Rosario, 15
Torres y García
Ovejas Negras Company se embarcó en este proyecto y la verdad es que no pudieron estar más acertados. La decoración de Pablo Baruc invita a entrar al local y su «nueva cocina rústica» nos sorprendió con diversos manjares como el arroz cremoso de verdura con albahaca y queso payoyo o el pulpo a la parrilla con hummus agripicante de ají amarillo e higos. El precio medio está entre 15-20 euros y sin duda, vale la pena.
C/ Harinas, 2
La Hermandad del Sushi
Sería injusto acabar esta lista sin mencionar al que nosotros nos ha parecido el hallazgo gastronómico más importante. En una época de restaurantes y gastrobares preciosistas con una decoración cuidada, cuyas cartas son idénticas entre sí al 90%, nos topamos con esta taberna que derrocha originalidad desde su propio nombre. Flamenco en directo, croquetas de atún, salmorejo de tofu, takoyaki, extintores ataviados con trajes de flamenca y un chef japonés (Takashi) apasionado por la cultura española. ¿Puede haber mejor combinación que esta?
C/ Feria, 11
Fuente de la imagen de portada: Facebook de Lobo López