Sevilla está repleta de edificios con mucha historia y desde hace poco uno de ellos alberga un nuevo bar. La Real Casa de La Moneda, ubicada en el número 3 de Adolfo Rodríguez Jurado, cuenta ahora con un establecimiento de cocina tradicional. Como su propio nombre indica, Bar Casa de La Moneda constituye todo un homenaje al enclave histórico del Siglo de Oro en el que se encuentra. Se trata de un proyecto del Grupo Patanchón, al que pertenecen otros locales como la Cervecería Giralda.
Su carta está consagrada a la gastronomía sevillana, repleta de platos típicos como flamenquín, croquetas, chocos, huevos estrellados con jamón o gambón al ajillo. No obstante, el restaurante conjuga tradición e innovación, ofreciendo también apuestas más originales como garbanzos con langostinos o lomo de salmón con sopita de naranja y parmesano. Un dato importante es que no cierra su cocina, por lo que su oferta gastronómica puede disfrutarse durante todo el día, incluido el desayuno.
Un edificio con mucha historia
La historia del edificio se remonta a mucho antes incluso de convertirse en fábrica de moneda, la etapa por la que más se le conoce. De hecho, se barajan múltiples posibles usos que podrían haberle dado los romanos, los visigodos o los musulmanes. También acogió colegios, atazaranas o la aduana de Sevilla hasta que en 1587 se inauguró como la Real Casa de La Moneda. Cesó su uso como tal en el siglo XIX, convirtiéndose en un complejo residencial y, dos siglos más tarde, en el emblemático bar La Moneda. El establecimiento, predecesor del actual, abrió a finales del siglo XX tras una restauración que lo adaptó al servicio hostelero.
Ahora, aunque mantiene algunas de sus antiguas características como homenaje a su pasado, el espacio vuelve a remodelarse para acoger la propuesta actual. El Bar Casa La Moneda, que cuenta con dos niveles, recupera el esplendor del siglo XVIII con una decoración única. La gran chimenea que preside el espacio, el mosaico de baldosas y la réplica del acueducto de los Caños de Carmona son solo algunos de los elementos que más destacan de ella. La fotografía también tiene cabida en el local, en el que se exhibe una colección de retratos en blanco y negro que afianzan su estilo.