Hay determinados aspectos de nuestra ciudad que sorprenden a muchos de los que vienen más allá de Despeñaperros, y por supuesto más allá de las fronteras. Pero no pasa nada, vamos a resolver algunas de sus dudas.
No hay un solo tipo de sevillano
¿Acaso hay aclarar esto? Vaya que sí. A menudo se cree erróneamente que sevillano no hay más que uno, luce patillas, camisas tres tallas menos, trajes de colores vivos y desayuna mazanilla y una tapa de jamón. Ese mismo perfil de sevillano por supuesto es cofrade y tiene caseta. Negativo: clases de sevillano hay tantas como sevillanos llenan Sevilla y ni mucho menos todos ellos responden al mismo estereotipo. En el caso de este recopilatorio, sí, venimos a reírnos de los clichés y por qué no, a hacer un poquito de humor.
No todos bailamos sevillanas
Mucha gente de fuera cree que a todos los sevillanos nos enseñan en las escuelas a bailar sevillanas. Craso error. Todos sabemos la teoría de «coger la manzana, morderla y tirarla», pero la mayoría de personas tenemos menos arte que un Picasso sin brazos. Eso sí, con dos rebujitos hacemos milagros.
No hay que aceptar romero gratis
Por la zona de la Catedral hay varias gitanas que se dedican a ofrecer romero a la gente a cambio de la voluntad. Muchos extranjeros lo aceptan encantados porque lo ven muy exótico, pero poco a poco se dan cuenta de que han caído en sus redes y no hay marcha atrás. Por eso, y para no buscar la mala suerte, lo mejor es rechazarlo amablemente.
La Feria es privada, pero también de todos
Los de fuera critican mucho el sistema privado de casetas de la Feria de Abril. Sin embargo, hay varias casetas públicas como las de los distritos y además, el Ayuntamiento va a poner ahora más para los extranjeros. Aparte, encontrar un alma caritativa que te deje entrar en su caseta no es tan complicado teniendo en cuenta que los sevillanos somos más majos que las pesetas.
La primavera y el otoño no existen
Muchos creen que exageramos cuando decimos que vivimos en dos estaciones, pero es totalmente cierto. No sabemos lo que es una temperatura intermedia, ya que pasamos directamente de Invernalia a Mordor.
El olor de la calle Tetuán
Todos los sevillanos afinamos el olfato cada vez que pasamos por la céntrica calle Tetuán ante el inconfundible olor de los míticos boquerones de Blanco Cerrillo, pero a los visitantes les fascina que ese olor no se vaya nunca.
¿Por qué le gritáis a una virgen «guapa»?
Tenemos un amigo americano que no consigue entender la razón por la que paseamos imágenes de madera y la gente les canta o llora cada vez que las ve. De hecho, ¿qué forastero no se ha quedado alucinado al escuchar las icónicas frases cofrades? En concreto, la Macarena es una de las tallas más famosas de la Semana Santa sevillana y suscita tal devoción que lo habitual es escuchar vítores y «Guapa, guapa, guapa» decenas de veces durante su recorrido.
No nos enseñan en la escuela a hacer chistes
Hay gente que espera como agua de mayo que hagamos chistes a todas horas, pero no. No todos los sevillanos somos «grasiosos».
¿Por qué decís «miarma»?
Se usa con un tono cariñoso y es un sinónimo, «cariño» o «hijo/a mío/a». Si un sevillano te ve con la cara mustia es muy probable que te pregunte «¿Qué te pasa miarma?»