Muchas de las barandillas de cerámica presentan serios daños que se agravan día tras día.
El monumento más importante de Aníbal González sigue recibiendo a miles de turistas, pero a su vez el vandalismo va aumentando día tras día. Tal como publicaba la página ‘La Sevilla que no vemos’, hay varias partes de las barandillas de cerámica destrozadas a la espera de ser repuestas. Otro de los tramos junto a la ría también ha sido arrancado, al igual que se ha producido otro destrozo en las balaustradas de los puentes.
El objetivo de los actos vandálicos es la cerámica de la Plaza de España y lo que empezó como ataques esporádicos, se ha convertido en algo cotidiano. No hay mes en el que no sufra un destrozo, que genera por una parte, un gran coste para las arcas municipales y por otra, la mala imagen que se están llevando muchos turistas al ver un monumento que cada día se deteriora más.
Un informe municipal del año 2010 estimaba el coste anual del mantenimiento del parque más importante de la ciudad en unos 200.000 euros, una cifra que aumentará si los actos vandálicos no cesan.
Juan Espadas ya destinó 2,8 millones de euros a solventar estos problemas de los jardines históricos, especialmente para el arbolado y los caminos.
Estos destrozos también ponen en relieve un hándicap: la falta de vigilancia que hay en el Parque de María Luisa. Queda en evidencia que las medidas de protección son insuficientes y si a eso le añadimos un par de desalmados que se han empeñado en acabar con uno de los emblemas de la ciudad, tenemos como resultado una ciudad que va perdiendo su Patrimonio paulatinamente.
Fuente de la noticia y de la imagen de portada: Diario de Sevilla