El Costurero de la Reina es uno de los edificios más particulares de Sevilla. Son muchos los que pasan todos los días frente a él y no saben qué función tiene o por qué se llama así a este edificio que parece sacado de un cuento de hadas. Habrás escuchado este nombre alguna vez, aunque sea de refilón o como enclave para indicar una dirección. ¿Cuál es su historia y por qué recibe este nombre?
Para remontarnos a los orígenes hay que viajar hasta el siglo XIX. En concreto, hasta el año 1893. Esta fecha determina cuándo se terminó de construir este edificio, un encargo del Duque de Montpensier al arquitecto Juan Talavera. Se trata del primer edificio neomudéjar de Sevilla y es curioso porque se cimentó con ladrillos bicolores que forman franjas con los dos colores emblemáticos de sevilla: el amarillo albero y el carmesí. En este otro artículo, que pueda ser de interés al lector, desgranamos por qué en la ciudad tantos edificios lucen estos colores.
La leyenda tras su nombre
Aunque el nombre oficial es el Pabellón de San Telmo, todos lo conocemos como el Costurero de la Reina debido a una leyenda popular. Cuenta que la Reina María de las Mercedes tenía una salud débil y pasaba mucho tiempo aquí tomando el sol, cosiendo con sus damas o leyendo las cartas del rey Alfonso XII.
Si bien esta historia sirve para explicar por qué este icónico lugar recibe este nombre, las fechas no la sostienen fehacientemente. En realidad, la reina murió muy joven (a la edad de dieciocho años) y además lo hizo quince años antes de que se construyera este palacio. En cualquier caso, a quién no le gusta imaginar así el pasado legendario de un edificio que en la actualidad es la Oficina Municipal de Turismo de Sevilla.