Todos relacionamos el municipio sevillano de Santiponce con Itálica, pero al margen de la cuna de emperadores hispanos como Trajano o Adriano, hay otro importante monumento fundamental para entender la Sevilla del siglo XIV: el monasterio de San Isidoro del Campo.
El monasterio fue fundado en el año 1.301 por Alonso Pérez de Guzmán, más conocido como Guzmán el Bueno, y su esposa, María Alonso Coronel. Ambos eran fundadores de la Casa Medina-Sidonia y construyeron este monumento para que funcionara como el panteón familiar y a su vez, fuera un reflejo arquitectónico de sus buenas intenciones.
El edificio se alzó sobre una ermita mozárabe, en la que según reza la tradición, estaba enterrado San Isidoro de Sevilla hasta que se trasladase a la Basílica de San Isidoro de León en 1.603.
El monasterio se cedió a los monjes cistercienses y lo ocuparon hasta 1.431, año en que fueron sustituidos por los ermitaños de los Jerónimos y en el año 1.568 fue ocupado por la Orden de San Jerónimo.
Es curioso porque el monasterio tiene un aspecto de fortificación debido a que se construyó tras la conquista de Sevilla y en aquella época eran muy frecuentes las incursiones en los Reinos de Granada y la población civil buscaba refugio en lugares como castillos o monasterios.
La importación de este lugar se debe, entre otros motivos, a que fue uno de los primeros focos de la Reforma en España, ya que entre sus muros se tradujeron libros prohibidos por la Inquisición. Algunos de sus monjes pudieron escapar a otros países europeos, como el traductor de la primera Biblia castellana, Casiodoro de Reina, pero muchos no corrieron la misma suerte y fueron ajusticiados en autos de fe.
Con la desamortización de Mendizábal el convento perdió su condición hasta 1.956, cuando fue ocupado de nuevo por los Jerónimos hasta 1978.
Actualmente, el monasterio se puede visitar de forma gratuita y es la ocasión perfecta para conocer de primera mano este monasterio en el que se funden el estilo gótico y mudéjar, y tiene una una doble iglesia.
A lo largo de la visita podrás conocer cómo ha evolucionado el monasterio a partir de las distintas ampliaciones y visitar los claustros, las dependencias monacales, la hospedería y otras instalaciones con las que los clérigos podían ser autosuficientes. Además, los enamorados del Barroco sevillano podrán admirar dos retablos expuestos al público del escultor Martínez Montañés.
Si quieres más información para visitar este monumento, te recomendamos que consultes la página oficial de la Junta de Andalucía.
Fuente de la información: Sevillapedia / Arte Guías
Fuente de la imagen de portada: Wikimedia Commons