De los alardes arquitectónicos de Sevilla acaso sea la Giralda el más notorio. Un despliegue de belleza que se eleva almohade y renacentista, coronada por la veleta de bronce que le da nombre. No extraña que haya servido de inspiración, inclusive copia para otros edificios. Así, la Giralda tiene réplicas por todo el mundo y una de las más surrealistas se encuentra en un centro comercial de Kansas City, en Estados Unidos.
La ciudad hispalense y Kansas City están hermanadas desde hace más de medio siglo. Una relación que atravesó sus mejores momentos durante la década de los años 50 y 60 y que explica la existencia de este lugar al otro lado del Atlántico.
Y es que esta joya histórica sevillana —a propósito, su color original no es el que luce en nuestros días—, sigue despertando tal interés que no son pocos quienes la han reversionado.
Si bien Kansas City no es la capital de Missouri sí se trata de la más poblada del estado y uno de los escasos destinos de todo el mundo con una singular réplica de la Giralda entre sus atractivos.
De otra pasta es el ejemplo de la Koutoubia, casi hermana de la Giralda y erigida unas cuantas décadas antes. En este caso, ambos prodigios arquitectónicos son similares porque beben de los conocimientos, técnicas y criterios de los almohades.
Una Giralda en el primer centro comercial del mundo

Lejos de la riqueza histórica que comparten ambos minaretes, la Giralda de Kansas City se construyó por puro capricho arquitectónico y forma parte del Country Club Plaza, considerado el primer centro comercial del mundo.
El promotor de este espacio, J. C. Nichols, le confió la tarea arquitectónica a Edward Buehler Delk, que viajó por España y Sudamérica en busca de ideas para erigir este complejo. El resultado, de clara inspiración hispana, queda coronado por esta reproducción de la Giralda que culminó su hijo en 1967.
No es, no obstante, el único guiño a la hispalense que descubre esta ciudad americana. También reconstruyó la Plaza Virgen de los Reyes y su fuente, a cargo del diseñador Bernhard Zuckerman, al estilo de la que aguarda a los pies de la Catedral de Sevilla.
En contrapartida, Sevilla también hizo patente su estrecha relación con la ciudad, otorgándole su nombre a una de las mayores vías de la hispalense.
Además, la propia avenida de Kansas City luce el monumento ecuestre El Explorador, obra del escultor Cyrus Edwin Dallin, que representa a un indígena montado a caballo. Un obsequio de la ciudad a Sevilla en el contexto de la Exposición Universal de 1992.