Es la puerta más antigua de la Catedral de Sevilla y podemos acceder a ella a través de la calle Alemanes, desde donde nos ofrece una impresionante visión.
Has pasado por esta puerta cada vez que has salido del Patio de los Naranjos y desde su reciente reforma has podido apreciarla mejor. Sin embargo, seguro que hay algunos detalles de su historia que no conoces y por eso los vamos a compartir contigo:
El origen
La primera fecha en la que está datada esta puerta es en el año 1196 cuando el emir al-mu´minin, Abu Yusuf, ordenó que la explanada de la mezquita se ampliase. De hecho, en sus orígenes esta puerta tenía una función militar.
¿Por qué del Perdón?
A partir de 1407 se conoce como Puerta del Perdón, una denominación muy habitual para las portadas de acceso a las catedrales e iglesias de España. Por este acceso entraban aquellos malhechores que se acogían a la protección de la iglesia una vez que se habían arrepentido por sus pecados.
Acceso a la Mezquita
Al igual que la de la Catedral de Córdoba, esta puerta es el antiguo acceso a la mezquita.
La puerta de bronce
La propia puerta es uno de los elementos más interesantes de esta fachada, ya que está realizada con dos grandes hojas de madera de cedro revestidas con chapas de bronce revestidas por motivos de lacerías y atauriques, e inscripciones que repiten versículos del Corán como «el poder pertenece a Alá» y «la eternidad es de Alá».
El relieve
El relieve principal de esta fachada es una obra de Miguel Perrín realizada entre 1519-1522 y representa la expulsión de los Mercaderes del Templo.
Rodeada por los arcángeles
La puerta está flanqueada por el arcángel Gabriel, San Pedro, San Pablo y la Virgen Anunciada. Como curiosidad, la escultura de San Pablo presenta una particularidad: tiene una tercera mano bajo él.
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