Después de conocer la curiosa historia que hay tras calles como Susona, Hombre de Piedra o la tenebrosa Ataúd, en esta ocasión te vamos a revelar lo que esconde la céntrica y pequeña calle de los Ángeles.
Esta calle se encuentra muy cerca de la Catedral, en la confluencia de la calle Abades y la calle Cardenal Sanz y Flores con Mateos Gago. Es curioso que aun siendo una zona muy transitada y repleta de bares y comercios, no hay prácticamente nadie que pase por esta estrecha calle.
Los primeros datos de la calle se remontan al siglo XVI, época en la que se denominó «Ángeles» a este tramo del viario.
Este «angelical» nombre se lo pusieron por unos angelitos que aparecían pintados en el retablo de Ánimas. Actualmente se puede ver este retablo, pero la pintura no se aprecia, ya que la lluvia y el calor los han borrado, a pesar de que en el año 1950, el artista Manuel González Santos volviera a pintarlos.
La cruz del retablo ha estado siempre de forma intermitente, pero fue repuesta definitivamente en los años 90.
En la calle también había unos faroles que contribuían al aura romántica y misteriosa de la calle, pero estos han desaparecido.
Lo que todavía permanece y seguirá por los siglos de los siglos es la leyenda El beso de la serie Tradiciones sevillanas ambientada en la calle de los Ángeles. Es un libro de Cano y Cueto que narra la historia de amor imposible entre el rey Pedro I y una judía que se enamoró de él.
Así que ya sabes, la próxima vez que pases por esta estrecha calle, párate a ver su retablo e intenta vislumbrar la huella de los ángeles borrada por el tiempo.
Fuente de la información: Sevilla Mía Tours
Fuente de las imágenes: Google Maps