El pasado 11 de octubre, en la barriada de Juan XXIII de Sevilla, entró un atracador en una droguería en torno a las 13:00 horas. Iba encapuchado y con un arma de fogueo, por lo que no se podía esperar que los clientes lo redujeran sin dudarlo.
El robo se convirtió en algo más surrealista cuando una clienta empezó a golpearle con una bolsa de la compra, mientras que otro señor mayor lo retenía y la dependienta le tiraba botellas.
Todas las personas que había en la tienda e incluso que estaban fuera, colaboraron para que el atracador no se saliera con la suya. Finalmente, la Policía Local acudió y según informa Europa Press, la única herida es una mujer con quemaduras leves provocadas por dos disparos del atracador. Tras su detención, el criminal fue puesto a disposición judicial.
Sin duda, una escena realmente esperpéntica que nos demuestra dos cosas: el coraje de los sevillanos y que películas como El mundo es nuestro no distan mucho de la realidad.
Fuente: El País