El año 1961 la ciudad vivió una riada, cuyas consecuencias aún permanecen en la memoria.
Las riadas en Sevilla han sido, por desgracia, muy frecuentes en la historia de la ciudad, pero gracias a obras de ingeniería se pudo levar a cabo la doma del Guadalquivir, logrando controlar el irregular caudal del río.
Antes de esta doma, Sevilla vivió fatídicas inundaciones, como las que se vivieron en el año 1895. Hasta en 6 ocasiones vieron los sevillanos cómo el agua llegaba a sus tobillos, por no hablar de lo que tuvieron que sufrir todos los arrabales de la ciudad que, al encontrarse fuera de las murallas, se encontraban totalmente desprotegidos.
Más allá de los destrozos materiales, las continuas riadas también ocasionaban enfermedades infecciosas como hepatitis o tuberculosis.
Se volvieron a repetir estas inundaciones desde 1910 a 1927 y los arrabales de la ciudad volvían a sufrirlos, notándose especialmente en las zonas más bajas, como la Alameda de Hércules.
Pero si hubo una inundación que afectó a la ciudad fue la de año 1947, que provocó que casi 7.000 personas abandonaran sus hogares y no solo en la capital, sino en toda la provincia. Casas derrumbadas, víctimas mortales, un barco que arrastró la corriente y la ciudad convertida en un gran lago, fueron algunas de las graves consecuencias.
Curiosamente, la última gran inundación que vivió Sevilla en el año 1961 no fue provocada por el Guadalquivir, sino por su afluente principal: el Tamarguillo, que tras días de incesantes lluvias, se desbordó, llevándose consigo los muros de defensa de la ciudad.
Más de 4.000 hogares se inundaron y uno de cada 4 sevillanos se vio afectado por la crecida que afectó a la Macarena, el Prado de San Sebastián, San Bernardo, la calle Oriente, Santa Justa y la avenida de la Borbolla. Fueron días de caos para los sevillanos, cuyo único medio de transporte eran las barcas.
Fue entonces cuando se activó la Operación Clavel, lo cual hizo que miles de sevillanos que no habían sido afectados por la crecida salieran a ayudar, mientras que el ejército alzaba diques a toda velocidad, que fueran capaces de frenar las aguas.
Radio España también contribuyó en esta Operación Clavel, fomentando una campaña de ayuda que se materializó en la llegada de 140 camiones, 150 turismos y 80 motos que trajeron víveres, muebles y juguetes a las víctimas.
Por desgracia, este acto de solidaridad también se vio salpicado por la tragedia cuando un avión que acompañaba a la comitiva se estrelló en el área en la que se congregaba el público, cobrándose la vida de más de 20 muertos y una decena de heridas.
Después de esta catástrofe, el arroyo fue desviado por un nuevo cauce y hasta la fecha no se ha repetido un suceso similar. Aún permanece en la memoria de muchos este episodio de la historia en el que la máxima alcanzada por el agua fue de 6 metros y hay varias placas por las calles de Sevilla que recuerdan este desastre natural.
Fuente: ABC de Sevilla