Lanzarse al vacío sobre la provincia de Sevilla es una experiencia sensacional que hay que hacer una vez en la vida.
Conciliar el sueño no es cosa de alguien que va a realizar su primer salto en paracaídas. Los días previos intentas desviar la atención en actividades banales: trabajo, libro, series y vuelta a empezar a fin de no pensar demasiado en el abismo. Pero el día de la verdad, ahí estás pidiéndole respuestas al techo de tu habitación (cómo reuniré el valor suficiente para dar el paso que me lance a la nada, ¿es posible que muera?…). Porque, seamos francos, bajo la presión de arrojarte a la madre tierra es inevitable ponerse dramático.
Un ambiente que te alucinará
Lo cierto es que resulta increíble que, una vez en el aeródromo La Juliana con este equipo de inquietos a pocos minutos de embarcarme en esta historia, me sintiese más serena que la noche previa en mi habitación, a salvo de todo. Pero así fue. En Skydive Spain estás como en casa, rodeada de una gran familia de tarados que se dedican a saltar en paracaídas y enseñar este bello arte de alzar el vuelo.
Descubro que, a pesar de la locura, todo sigue los más estrictos procedimientos de control y seguridad y que, en efecto, he venido aquí a disfrutar. No negaré los nervios a flor de piel y el brote de adrenalina supurar mi piel pero ojo: cuanto más subía el avión, más fuerte y ansiosa me sentía.
El único vacío que sienta bien
Armando, mi instructor, me desvela curiosidades respecto al terreno que sobrevolamos y me cuenta que, a veces, se puede otear el mar a lo lejos. A continuación vemos Sevilla, la Torre Pelli y la mismísima Giralda y pronto me enseñará su reloj marcando las 11.00 (no indica la hora, son 11.000 pies: la distancia que nos separa del bendito suelo). Como si fuese un secreto, me recuerda que saltamos a 15.000 pies, 4.600 metros, unos 5 kilómetros de caída. Nada menos.
Se acerca el momento, se abre la puerta del avión y veo cómo mis compañeros se preparan y parecen desearse buen vuelo en una suerte de ritual previo al salto. Me pongo en pie y las piernas empiezan a responder con efecto retardado. Armando me avisa de que es nuestro turno, nos acercamos al borde del avión y alucino porque lo que voy a hacer es de las cosas más extraordinarias que es capaz de experimentar el ser humano. Me coloco, tomo una bocanada de aire: vámonos.
¿Qué se siente al caer?
Un par de volteretas, el cielo me da vueltas y me descuelgo del eje que me mantuvo firme toda la vida. De pronto ahí estoy sonriendo, sintiendo cómo mi piel se reblandece, azotada por el viento. La respiración debe ser profunda porque todo es muy intenso y paulatinamente, en una extraña percepción sensitiva, pasamos del «frío» y la humedad a una temperatura más agradable y, finalmente, al calor.
El paracaidismo tiene la extraordinaria particularidad de no ser lo que parece e imagino que, para cada saltador, la experiencia será distinta. Pero caer (como cuando sueñas que caes) no es exactamente lo que sientes. Ni hay sensación de vértigo. Ni vuelco en el estómago como en una montaña rusa. Aquí el tiempo, a 200 kilómetros por hora, parece ralentizarse, parece pausarse sobre una belleza y una sensación de libertad que jamás pensé que pudiera existir.
Mi cámara, el tipo que me graba y cuya capacidad para desplazarse por el cielo a su antojo no termino de comprender, es un recordatorio de lo que estoy viviendo, veo a alguien hacer lo mismo que yo. Yo soy él, yo estoy flotando junto a las nubes.
Junto a los saltos tándem, y pensando más en el futuro, Skydive Spain también ofrece cursos AFF, intensivos de paracaidismo de entre 7 y 14 días de duración, entrenamientos de equipo así como bonos de saltos para experimentados.
Información
Horario: 9:00 horas hasta la puesta de sol. 7:30 a 15:00 horas (horario de verano).
Localización: Aerodromo La Juliana, A-474, s/n. Bollullos de la Mitación (Sevilla).
Precio: desde 169€* (oferta promocional hasta el 31 de agosto).
Más información en la web de Skydive Spain.