La historia de Sevilla se aprecia en los pequeños grandes detalles inapreciables hasta que alguien te los explica.
Junto al Puente de Triana, en la parte que da a la calle Betis, hay una pequeña escultura de piedra blanca que representa una boca del león. Esta estatua no tiene una mera función decorativa, ya que durante siglos cumplió una importante función: saber si habría o no inundaciones cuando el río crecía.
De hecho, es más que probable que hayas escuchado a una persona mayor decir lo siguiente cuando le preguntan «¿Por dónde va el agua?»: «Le falta una cuarta para llegar a la boca del león». Y es que cuando el agua llegaba a la boca del león había que preocuparse, pues se avecinaba una inundación.
Como homenaje a esta alarma de inundaciones, hay un pequeño bar en la Plaza del Altozano llamado La Boca del León.