
Si le preguntas a cualquier ciudadano por la Puerta del Sol, es probable que te responda que no conoce ninguna más allá de la madrileña. Sin embargo, un sevillano enamorado de su ciudad y amante de su cultura debería saber que sí que hubo una Puerta del Sol en la capital hispalense.
La Puerta del Sol era uno de los accesos que tenía la ciudad a lo largo de la muralla almohade que rodeaba toda la ciudad. Se encontraba al final de la calle Sol, frente al colegio Salesianos de la Santísima Trinidad. Al igual que todas las puertas musulmanas de la ciudad, esta fue reformada en 1595 con la reconquista de la ciudad, durante el reinado de Felipe II.
Gracias a Richard Ford tenemos grabados de la Puerta del Sol que realizó el artista entre los años 1839 y 1833, poco antes de que se derribara en 1868 con la Revolución Liberal.
Su nombre se debe al gran relieve de piedra que representaba al sol sobre el arco de paso. Esta puerta era una de las más modestas y sobrias de la ciudad,, ya que carecía de toda monumentalidad. Para los que queráis ver cómo era la Puerta del Sol tenéis una maqueta en el Ayuntamiento.
Entre esto y el Kilómetro Cero de Sevilla, cada día tenemos más cosas en común con la capital de España. ¿Tendremos también nosotros unas Cibeles?
Fuente de la portada: Leyendas de Sevilla.