Hoy todos conocemos la sede de la Universidad de Sevilla, pero siglos atrás el Rectorado fue la Real Fábrica de Tabacos, un edificio de gran importancia histórica en Sevilla que ha sido escenario de novelas de ficción como Carmen de Prosper Mérimée.
Lo que no muchos saben es que la Real Fábrica de Tabacos tenía su propia guardia encargada de vigilar delitos dentro del propio edificio. Era muy frecuente el contrabando y más de una cigarrera fue encarcelada por intentar sacar tabaco a escondidas. Esta guardia tenía su propia cárcel, la cual está intacta a día de hoy y se encuentra en el extremo derecho de la puerta del rectorado.
A día de hoy, el edificio son los despachos de profesores y curiosamente, en las puertas podemos ver las placas que marcaban los números de calabozos. ¿No os parece ironía del destino que un estudiante tenga que ir a una prisión para visitar a un profesor?
Fuente de la imagen de portada: Sevilla Daily Photo