Sevilla tiene una oferta monumental admirable y a veces ni los propios ciudadanos autóctonos llegamos a conocer la historia de cada uno de los monumentos. Por ejemplo, hace poco estábamos hablando con una gran experta en la materia sevillana y nos contó el porqué del nombre de la famosa Casa de Pilatos. Por lo pronto os avisamos que Poncio Pilatos no vivió en esta casa, especialmente porque hay unos 15 siglos de diferencia entre su nacimiento y la construcción del palacio.
La Casa de Pilatos es un palacio andaluz que combina a la perfección el estilo mudéjar con el estilo renacentista. Está recubierto de azulejos y posee unos impresionantes jardines que por sí solos justifican la visita. Este palacio fue construido a fines del siglo XV por órdenes del Adelantado de Andalucía, Don Pedro Enríquez, pero fue finalizado por su hijo, Fadrique, que es a quien se debe el nombre de Pilatos.
Se llama así porque Fadrique viajó a Jerusalén en 1519 y a su regreso se dio cuenta de que la distancia que había entre la casa de Poncio Pilatos y el Gólgota era la misma que había entre su palacio y la Cruz del Campo. Fue entonces cuando se trazó un Via Crucis con 12 estaciones (todavía se conservan los azulejos de cada parada) para la sociedad católica.
Fue el archivero de la Casa de Pilatos, Joaquín González Moreno, quien fue la persona que recuperó esta tradición restableciendo en 1971 el Via Crucis de la Cruz del Campos, que durante el siglo XVI fue el germen de la Semana Santa en Sevilla.
Foto de la portada: Massimo Santi / Shutterstock.com