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Son muchas las cuestiones que están sobre la mesa y venimos a resolver algunas de ellas.
El pasado martes, 20 de abril, asistimos en Sevilla a un acontecimiento sustancial en términos de hallazgos. Durante los trabajos que se están llevando a cabo en la Capilla del Palacio Gótico del Real Alcázar de Sevilla se encontraron unos restos de lo que podría ser una niña del medioevo bajo la solería del altar mayor de la Virgen de la Antigua. El profesor Miguel Ángel Tabales encabezó el equipo de arqueólogos que ofrecieron las primeras valoraciones y suscitaron curiosidad y expectación por conocer los entresijos del ataúd, el cadáver y su historia.
¿Qué restos se conservan?
Los restos óseos se encuentran en un relativo buen estado de conservación, e incluso el cráneo contiene el pelo de la menor. Asimismo, han aparecido vestigios de la vestimenta que portaba durante su inhumación: telas, zapatos, cuero y botones de nácar. Por su posición se deduce que habría tenido las manos cruzadas sobre el pecho. Justo a estos elementos también se conservan el sarcófago de plomo y partes de la madera del féretro.
¿Era alguien importante?
Las hipótesis apuntan a que se trataría de la hija de una familia ilustre y muy destacada. No únicamente por encontrarse en la capilla real del Palacio Gótico, donde no se entierra a cualquier personalidad. También por encontrarse situada bajo el altar. Miguel Ángel Tabales sostiene, en cualquier caso, que cabe la posibilidad de el escenario pueda estar distorsionado por el devenir histórico del palacio y la capilla, que ha contado con siete u ocho pavimentos y distintas obras a lo largo de su historia, además de los famosos terremotos de 1755 y 1356. A pesar de que existe la probabilidad de que el enterramiento pudiera estar alterado, los elementos aparecidos dejan poco lugar a la duda.
¿Cuántos años tiene el cuerpo?
Los primeros análisis destacan, a priori, que se trataría de un cuerpo de unos 700 años de antigüedad, de poco tiempo después de la construcción de este espacio, que data de la década de los años 60 del siglo XIII. Tabales defiende la teoría de que bajo la capilla hay una cripta, como sería usual. De estar en lo cierto, es muy posible que pueda haber más enterramientos y, para ello, se realizará un escáner al subsuelo con el georadar.
El antropólogo Juan Manuel Guijo está trabajando junto al equipo de Tabales para desgranar toda la información posible sobre esta misteriosa niña. En todo caso, lo principal es corroborar la cronología de los restos: “Tiene el aspecto de ser bastante antiguo, pero a veces hay aspectos que se pueden escapar. Los objetos pueden dar una cronología precisa y el contexto arqueológico es bastante rotundo, pero vamos a hacer la prueba del Carbono 14 para asegurarnos. El sujeto tiene también bastante pelo en algunas zonas del cráneo, por lo que se podría hacer un análisis de ADN en los bulbos de las raíces que nos puede permitir conocer su linaje o la procedencia geográfica”.
¿Es un cadáver embalsamado?
Guijo también señala la necesidad de analizar si el cuerpo fue embalsamado y conserva restos, lo que llevaría a la búsqueda de semillas, plantas y otros elementos: “En la alta sociedad era normal enterrar a los cadáveres con flores, esencias y perfumes, aceites, e incluso vino. Es interesante saber si conserva algo. Si hubo embalsamamiento sabremos que pertenecía a un estrato elevado, porque la Iglesia no lo permitía, pero con ellos hacía la vista gorda”. De igual forma, destaca Juan Manuel Guijo, si el plomo no ha alterado la química de los huesos, se podría hacer incluso un estudio de paleodieta que ofrecería unos datos muy interesantes sobre la alimentación.
Mucho trabajo por delante
Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, no ha desestimado en ningún momento la rigurosa tarea que está por venir a este respecto: “Podemos estar ante una cripta por la ubicación de este sarcófago, pero serán los trabajos que vamos a desarrollar las que determinen si se trata de una enterramiento aislado o no. La investigación durará entre 4 y 8 meses y también se determinarán otros aspectos relativos al cadáver de la niña”.
Foto de la portada: Ayuntamiento de Sevilla