Desde que hace unas semanas Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, refrendara que el final del estado de alarma sería, efectivamente, 9 de mayo, no son pocos los sevillanos que tienen la mirada puesta en esa fecha. Como un final simbólico o real, el 9 de mayo es casi la arcadia temporal con la que mucha gente sueña, pero ¿supondrá un cambio tan abrupto con respecto a la situación actual?
Mientras que algunas regiones de España han solicitado al Gobierno una prórroga del estado de alarma, Andalucía, por su parte, se mantendrá al margen salvo que la tasa de incidencia supere los 700 casos, en cuyo caso sí pedirá un estado de alarma. La intención del ejecutivo regional es la de mantener vigentes las actuales restricciones pero con matices.
Andalucía no dispone de los instrumentos legales necesarios para establecer un toque de queda como el actual o para prohibir reuniones en domicilios. Sí que puede legislar, como hizo en verano, pero con límites muy serios. Por ejemplo, el cierre perimetral podría establecerse en determinados distritos sanitarios pero no en municipios, y sería preciso una argumentación muy sólida.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, sí tiene la capacidad para solicitar la declaración del estado de alarma en su territorio, pero tendría que pasar por la aprobación del Congreso. En cualquier caso, el presidente de la Junta, detalló que solo lo haría en caso de que el contagio fuese «alarmante».
Moreno ha tachado de «imperdonable» que el Gobierno central todavía no disponga de una «alternativa normativa o jurídica» que ofrezca seguridad jurídica a las comunidades autónomas como para permitir cambios en la región: controles perimetrales, confinamientos o toques de queda,… Porque, como hemos señalado, a partir del 9 de mayo solo podrán hacer controles de aforo y limitaciones de horarios.