Los trabajos realizados en el Alcázar durante 2019 han puesto en valor una joya histórica en los muros del palacio.
Consiste en la recuperación de una inscripción en una de las puertas que conecta el Patio de las Doncellas con el Salón de los Embajadores. Una de las caras de la puerta revela, tras su restauración, el arquitecto a quien Pedro I encargó la construcción: Yusuf «del Aljarafe».
Este pórtico que conecta las dos estancias más populares del Alcázar tiene dos caras. La puerta visible expone en latín algunas escenas bíblicas y las hazañas del rey Don Pedro. Por su parte, en la otra cara se adivina un texto en árabe en el que se describe la fundación del palacio y el maestro de obra Yusuf «del Aljarafe». Aunque Amador de los Ríos se encargó de traducir el texto en el siglo XIX, su trabajo contenía varios errores que fueron enmendados en 2003 por unos investigadores de la Universidad de Sevilla.
Como si de la Piedra Rosetta se tratase, en el portón se materializan los dos mundos del palacio: el árabe y el cristiano. Tal es el valor de la puerta, que el restaurador Sebastián Fernández ha afirmado que «no hay otra igual, ni en la Alhambra. Está hecha con un sistema llamado peinazado, que es el más evolucionado del arte mudéjar».
El plan de inversiones para 2020 alcanzará los 3 millones de euros. Entre los proyectos que se llevarán a cabo figuran la intervención en los azulejos cerámicos de los palacios Gótico y Mudéjar, el Estanque de Mercurio, las yeserías, el Salón de Embajadores y diversas fuentes.