Con motivo de la Expo del 92, Sevilla dispuso 215 hectáreas para el evento del año. A pesar de ser uno de los recintos que albergó exposición universal que mejor se ha conservado y aprovechado, no cabe duda que parte de su extensión se ha convertido en ruinas. Tan sólo se conservan 32 de los 102 pabellones que hubo.
El Parque Tecnológico Cartuja mantiene muchos de sus pabellones, algunos reutilizados. Asimismo, se han conservado bien la grandes avenidas (Avda de Europa, Avda del agua, o avda de los arces), aunque otras estructuras han ido deteriorándose hasta el abandono.
Para suerte de muchos, sobre los pabellones autonómicos y el Lago de España se construyó el parque temático de Isla Mágica, que aprovechó el Pabellón de España y destruyó el Paseo del Lago, el cine de verano y parte del Lago de España.
A continuación, joyas y leyendas de la Expo del 92. Lo que permanece y el recuerdo del mayor evento celebrado en Sevilla.
¿Qué se destruyó?
La Puerta Triana con sus fuentes y pabellones fueron demolidos, perdiendo así el cine Omnimax, las pérgolas de la entrada, etc. De aquella zona sólo se conserva el Pabellón de la Navegación, que funciona como museo de la navegación.
Actualmente se ha recuperado el apeadero del AVE, aunque algunas estaciones de telecabina se derribaron.
El Palenque, espacio escénico de 500 metros cuadrados con capacidad para 5.500 personas, desapareció para construir unas oficinas.
Pabellón de la Santa Sede. Este pabellón fue ocupado por una empresa nada más finalizar la Expo, pero finalmente ésta se trasladó, quedando abandonado. Los propietarios decidieron derribarlo para construir un edificio mayor. Aunque hubo numerosas protestas, el Ayuntamiento terminó concediendo la licencia, y desapareció.
Algunas fuentes han sido enterradas, convirtiéndose en arriates. Otras se abandonaron a su suerte.
Las ruinas de la Expo
Pabellón México. Antes tenía una estructura metálica con sacos de tierra donde estaban plantadas flores de la que salía un puente, metáfora de la unión entre España y América.
Andalucía de los niños. Era un recinto con maquetas de los monumentos más representativos de las ocho provincias andaluzas. Durante un tiempo estuvo abierto como una atracción más de Isla Mágica, pero fue abandonado y parte de sus maquetas destrozadas. Actualmente está en proceso de restauración.
Pabellón Cruzcampo. Propiedad del Grupo Heineken, actualmente sin uso.
Canal Descubrimientos. El Canal de los Descubrimientos, hoy seco, conectaba el lago con el río. En sus orillas había una gran cantidad de fuentes y locales de ambiente nocturno, hoy abandonados.
Pabellón Hungría. Se restauró y se creó un pequeño museo: el «Pabellón de la energía viva». Finalmente cerró sus puertas.
Áreas bien conservadas
El monumento a la máquina de vapor se trasladó posteriormente a la Escuela Superior de Ingenieros, donde todavía se conserva.
La Esfera bioclimática fue uno de los hitos más representativos de la Expo 92. Estaba diseñada para expulsar millones de gotas de agua micronizada.
Auditorio Rocío Jurado
Pabellón Kuwait, obra de Calatrava.
Pabellón de Mónaco. Todavía conserva el acuario en su interior. Actualmente, ocupa la Estación de ecología acuática Alberto I de Mónaco.
Los pabellones que siguen en uso
Pabellón de Marruecos. Se construyó como permanente por empeño del rey Hassan II. Al terminar la Expo fue cedido al Estado. Actualmente es la sede de la Fundación Tres culturas.
Pabellón del Futuro. Actualmente funciona como sede del Archivo General de Andalucía. Además, alberga una gran antena del Instituto Astrofísico de Sevilla y una reproducción de tamaño real del cohete Ariane 4.
Pabellón de Italia. En él tienen sus sedes empresas de tecnología.
Pabellón de Finlandia. Esta construcción imita a la Garganta del Infierno. Es la sede de la Fundación para la Innovación y Difusión de la Arquitectura.
Pabellón de Francia. Está dirigido por la Fundación Telefónica, reacondicionado como sede para varias empresas.
Pabellones de Rusia y Venezuela. Constituyen hoy el Auditorio de la SGAE, con una capacidad para 2.000 personas en sus 35.000 metros cuadrados.
Fuente de la portada: Carol La Rosa / Shutterstock.com