El Aeropuerto de Sevilla culmina el ambicioso plan de obras que ha transformado por completo el aeródromo de la capital hispalense. El proyecto, que ha supuesto una inversión global superior a los 80 millones de euros, concluye como la mayor de las intervenciones en este espacio en más de 30 años.
Han sido tres grandes actuaciones las que han despuntado en especial. A saber: el recrecido de la pista de vuelo, cuyos trabajos terminaron en enero de 2020; la reforma y ampliación del edificio terminal y de la central eléctrica. El recrecido de la pista de vuelo requirió la participación de 500 trabajadores (día y noche), 55 vehículos y maquinaria pesada, junto a otros medios, además de 117.600 toneladas de aglomerado asfáltico y 18.900 metros cúbicos de hormigón.
En lo que respecto a la reforma de la central eléctrica, los trabajos tampoco fueron peccata minuta. De hecho, de esta instalación depende el suministro eléctrico de toda la infraestructura. Con esta exitosa intervención, la central ha ganado capacidad para afrontar crecimientos futuros, apostando por soluciones sostenibles e innovadoras (luminarias LED, tecnología punta para el control remoto de equipos…).
Cómo luce ahora la terminal del Aeropuerto de Sevilla
La obra de mayor calado, al menos en lo que atañe al aspecto visual que los sevillanos y sevillanas apreciaran a golpe de vista, es la terminal. Si bien la crisis sanitaria impidió continuar con las fases previstas inicialmente, la intervención ya ha dado por concluida. La ampliación del edificio, considerada la actuación más emblemática del plan de obras del Aeropuerto de Sevilla, se ha acometido por sus dos extremos. Hacia el sur, para atender el tráfico nacional e internacional Schengen, y hacia el norte, para el tráfico internacional No Schengen.
Del resultado del proyecto se desprende una voluntad de integrar la luz natural y los espacios diáfanos en la terminal. Así lo apreciarán sobre todo los viajeros y viajeras, que verán mermadas las escalas de las aerolíneas. Asimismo, otro detalle importante de la intervención es la completa transformación de la oferta comercial y de restauración, así como una creciente segmentación de los servicios al pasajero.
Tras semejante metamorfosis, el edificio terminal dispone hoy de capacidad operativa para atender hasta 10 millones de pasajeros al año. En este sentido, también han aumentado significativamente los medios disponibles para ello: 18 puertas de embarque (más una mixta), 5 núcleos verticales de comunicación, 8 líneas de inspección para el control de pasajeros y equipajes de mano, 10 cintas para la recogida de maletas y controles de pasaportes dotados con tecnología ABC System (permiten la comprobación documental por huella digital o biometría), entre otras prestaciones.
Otras soluciones y mejoras
En paralelo a este importante proyecto, se han ejecutado otras obras de calado, como la reordenación de los viales de acceso en el túnel de salidas del edificio, la instalación de seis pasarelas de embarque de última generación para el acceso de los viajeros desde el terminal a los aviones o la reconfiguración de la plataforma de estacionamiento de aeronaves.