Mientras aquí en Sevilla ni podemos disfrutar de la vida nocturna, en Nueva Zelanda el grupo Six60 celebró el pasado día 16 de enero un multitudinario concierto para 20.000 personas al que los asistentes acudieron sin mascarillas y sin necesidad de respetar la distancia social. Tan solo tomaron la temperatura a los asistentes. También en octubre del año pasado la cantante Benee celebró otro concierto para 6.000 personas en condiciones similares. ¿Cómo es esto posible?
Lo cierto es que la forma en que el coronavirus ha impactado en este archipiélago del Pacífico no es comparable con las dimensiones que la pandemia ha adquirido en países de Europa occidental o el continente americano. Allí, en Nueva Zelanda, durante la primera ola de la pandemia solo fallecieron 25 personas. En total, 1.530 casos confirmados desde el inicio de la pandemia.
Por todo ello, y aunque los casos a día de hoy no son comparables, Nueva Zelanda es un buen ejemplo de la luz al final del túnel, aunque no le ha salido gratis. El país ha sufrido también confinamientos y restricciones que han provocado una recesión económica con una caída del 12,2% del PIB en el segundo trimestre del año pasado.