El Cabildo sentencia que se deben cumplir unas normas mínimas de decoro.
Que los templos sagrados impongan normas de vestimenta no es una novedad. La catedral de Barcelona, Santa Maria Dei Fiori o el Vaticano no permiten el acceso a los hombros desnudos.
Cuestión de oportunismo o no, en las proximidades a estas iglesias y catedrales no te faltarán pañuelos y trozos de tela por un par de euros.
Así, Nuestra Catedral no será la primera ni la última en imponer estas normas estéticas, imprescindibles para que se permita el acceso.
La Catedral es el monumento más visitado de Sevilla, miles de turistas se acercan a este lugar sagrado para contemplar las pinturas de Murillo, la tumba de Cristóbal Colón o la Cieguecita de Martínez Montañés.
Eso sí, las chanclas las puedes dejar en el hotel.
Muchos turistas se quejan de la mano dura del Cabildo, que refuerza en verano los controles. Las temperaturas en Sevilla ya invitan a lucir una estética más propicia de piscina que de acto litúrgico. Sin embargo, la Institución recuerda que hay normas que deben cumplirse.
Entre ellas, las mujeres deberán tener los hombros cubiertos, no podrán llevar pantalones cortos, y los hombres no podrán lucir camisetas sin mangas. Gorras y sombreros también están vedados.
El Cabildo recuerda que «la adecuada estética en el vestir favorece la convivencia, la cordialidad y el respeto por la sensibilidad especial que supone la visita de una Catedral».
Aquí puedes conocer en detalle otras normas para visitar nuestra joya más preciada.